En medio del auge del turismo y la crisis económica, alquilar una vivienda en Salta se ha vuelto casi imposible sin endeudarse. La demanda de propiedades ha dejado casi vacío el mercado, ya que los propietarios optan por vender o alquilar a precios dolarizados y de forma temporal, evadiendo la legislación vigente.
Esta tendencia está afectando especialmente a parejas, familias y estudiantes que buscan un lugar para vivir, ya que los precios se han disparado en los últimos meses. Un claro ejemplo de esta problemática se encuentra en un departamento de un dormitorio ubicado en la avenida Belgrano al 1500, donde el valor solicitado alcanza los $155.000.
Según el relevamiento realizado por un medio local en diversas plataformas y sitios de alquiler y venta de propiedades, se pudo constatar que la mayoría de las ofertas se centran en ventas y alquileres temporales. En cuanto a los alquileres, la disponibilidad es escasa y los precios resultan exorbitantes.
En el barrio Tres Cerritos, por ejemplo, se encontró una casa con tres dormitorios, dos baños, living, cocina comedor y cochera que se alquila por la suma de $220.000. Por su parte, en Ituzaingó 160, se solicitan $180.000 por una vivienda/condominio de 3 dormitorios. Un duplex en Grand Bourg, de dos plantas, también se ofrece por $180.000.
No obstante, existen opciones más accesibles en barrios más alejados. En Parque La Vega, por ejemplo, se ofrecen departamentos de dos dormitorios a $80.000. En el barrio Don Emilio, es posible encontrar un departamento con 3 dormitorios, placard, living-comedor, desayunador, lavadero, balcón y amplia cochera cerrada por $90.000. Por su parte, un monoambiente en el barrio San Carlos tiene un costo de $60.000.
En cuanto a los estudiantes, InformateSalta señaló que se ofrecen habitaciones individuales por $40.000 en Zuviria 2300. Además, se brindan opciones de alquiler compartido, como un departamento amoblado de 3 dormitorios en la zona de la Universidad Católica, destinado a grupos de 3 estudiantes (uno por habitación), cuyo valor alcanza los $100.000.
Ante esta situación, la dificultad para encontrar viviendas a precios razonables se ha convertido en una preocupación creciente para aquellos que buscan establecerse en la ciudad. Entre las soluciones que muchos encuentran están el compartir viviendas, alquilar entre familias, e incluso volver a vivir en casas de padres.