La información surge de la última encuesta nacional de Inquilinos Agrupados.
Tras la derogación de la ley de alquileres mediante decreto de necesidad y urgencia, y con una inflación que llegó al 25,5% mensual durante el actual Gobierno y que luego fue descendiendo pero que se mantiene en dos dígitos, en la actualidad más de la mitad de los contratos para arrendar viviendas (57,6%) están indexados por el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Así surge de la última encuesta nacional de Inquilinos Agrupados, que mide precio promedio de alquileres en CABA, Provincia de Buenos Aires y Santa Fe, así como plazo de contratos, índice de actualización de precio e incidencia del alquiler y expensas en los ingresos familiares.
Los plazos de duración de los contratos se acortaron tras la derogación de la ley. Actualmente, los que duran 3 años solo representan un 16% mientras que en enero llegaban al 24,8%. En contrapartida, hubo un crecimiento de los contratos de alquiler cortos, con un período de duración menor a 1 año: estos representan el 33% de los casos. En tanto, los acuerdos entre 1 y 2 años son ahora los más frecuentes, en un 42,2% de los casos.
Además, se observa un notable crecimiento de contratos que tienen aumentos en períodos más cortos. Nueve de cada 10 contratos firmados luego de la derogación de la ley de alquileres actualiza cada 6 meses o menos: el 28,9% lo hace cada 6 meses, el 21% cada 4, el 35,7% cada 3, un 2,7% cada 2 y el 3,2% mensualmente.
“Vemos desde la vigencia del DNU una clara flexibilización en los contratos de alquiler que se traduce fundamentalmente en un aumento de la transferencia en los ingresos inquilinos hacia los rentistas. Contratos cortos y aumentos trimestrales por inflación están generando una crisis habitacional y social silenciosa pero dramática”, señaló el titular de Inquilinos Agrupados, Gervasio Muñoz.
A los cambios de duración del contrato, aumentos más frecuentes e indexaciones atadas al IPC, hay que sumarle la situación macroeconómica de una Argentina con salarios que mes a mes pierden frente a la inflación, y que por ende, tienen menor poder adquisitivo y pocas posibilidades de ahorro.
El Gobierno ya aclaró que no homologará paritarias por encima de la variación de precios, lo cual implica que los salarios volverán a perder en 2024 frente a la inflación. Asimismo, ya hay informes que muestran que en un escenario recesivo también se incrementará el desempleo.
En este sentido, resultará un desafío que los contratos indexados por inflación se puedan seguir manteniendo. Cabe destacar que, según el informe, los inquilinos gastaron en marzo un 34,6% promedio de los ingresos familiares entre alquiler y expensas, sin tener en cuenta los servicios públicos. Sin embargo, para aquellos que firmaron contrato después de la entrada en vigencia del DNU 70/2023, el gasto de vivienda asciende al 42,1% del presupuesto familiar.
A su vez, el 60,1% de los hogares de inquilinos encuestados respondió que tiene deudas de algún tipo actualmente, en especial con los bancos emisores de tarjetas de crédito, en un 42,2% de los casos.
El informe de inquilinos, además, recaba información sobre el costo promedio de alquiler tanto en CABA como en Provincia de Buenos Aires y Santa Fe. El costo de un 2 ambientes con contrato firmado tras el mega DNU se ubicó en marzo entre $144.126 y $249.942, siendo el más barato Santa Fe y el más caro CABA. En tanto, los contratos con ley de alquileres en marzo tuvieron un valor promedio de entre $101.575 y $179.832.
Los inquilinos con contratos iniciados recientemente en CABA pagan aproximadamente entre un 38% y 62% más por viviendas de similares características que aquellos que comenzaron antes de fines de diciembre del año pasado, es decir, en el marco de la ley de alquileres. En el caso de las provincias de Buenos Aires y Santa Fe esta diferencia también es notoria: el valor promedio del alquiler de marzo es entre un 31% y 60% mayor en aquellos casos que comenzaron luego de la entrada en vigencia del DNU 70/2023, es decir, sin regulación.
Fuente: Ámbito