Es uno de los efectos buscados con el aumento de las retenciones a la soja al pasar del 30 al 33%: redistribuir recursos hacia los pequeños productores y las economías regionales con un criterio federal.
Esa es una de las razones que explica porqué la Mesa de Enlace agraria no puede reeditar el escenario belicoso de 2008: sólo un conjunto de 14.884 productores –dentro un sector altamente concentrado – pasarán a tributar más bajo el nuevo esquema de derechos de exportación a la soja, mientras que 42.406 serán beneficiados con la segmentación y otros miles de productores de las economías regionales recibirán una transferencia indirecta de 11.000 millones de pesos, aproximadamente, por la disminución de retenciones.
“La recaudación extra por la suba de tres puntos en las retenciones sería de 334,38 millones de dólares. De ese total, 174 millones de dólares serán destinados a cubrir la baja de las retenciones en las economías regionales”, enfatiza en su edición de hoy un artículo de Sebastián Premici publicado hoy por Página 12. De esos 174 millones de dólares, también se ve favorecida la región NOA en varios aspectos. Sea porque hay exportaciones como la de limones que no tendrán ninguna modificación; sea porque hay otras exportaciones que sí tendrán modificaciones, pero a la merma como es el caso de lentejas, arvejas, porotos y garbanzos que se beneficiarán con una baja de 4 puntos (pasan del 9 al 5 por ciento) en sus derechos de exportación.
“En 2019, las exportaciones de garbanzos secos fueron de 106.700 toneladas, con una caída del 31 por ciento en relación al año anterior; las de porotos (secos, desvainados) totalizaron 26.738 toneladas, con una merma del 29 por ciento en relación a 2018. A partir del nuevo esquema de retenciones, las transferencias para los productores de estas legumbres serán de 18 millones de dólares, aproximadamente”, enfatiza el artículo.