«Gracias al general Bussi somos libres», declaró el precandidato al Parlasur por Ahora Patria, partido aliado de Javier Milei. Mirá el video.
En una entrevista realizada este domingo en Canal 10, Alfredo Olmedo reivindicó al general Antonio Domingo Bussi, genocida condenado por delitos de lesa humanidad en la última dictadura.
«Para hablar del General Bussi me pongo de pie», dijo Olmedo, mientras se paraba de su asiente en el set del canal. El sojero estaba acompañado por Daniel Escotorín, quien le reprochó su reivindicación hacia una de las figuras más siniestras del llamado Proceso de Reorganización Nacional.
«Gracias al General Bussi somos libres», contestó Olmedo, que al igual que Escotorín, es precandidato al Parlasur.
Si bien Bussi fue elegido gobernador de Tucumán durante la democracia, su rol durante los años 70 lo convirtieron en un personaje siniestro, acusado de delitos de lesa humanidad por los que fue condenado.
Según recordó el sitio El Canciller, la carrera política de Bussi comenzó por vías no democráticas cuando -después de haber sido el encargado de comandar el Operativo Independencia con el que Isabel Martínez de Perón intentó aniquilar a las fuerzas revolucionarias en 1973- asumió como gobernador de facto de la provincia de Tucumán producto del último golpe de Estado cívico-militar.
El sitio señaló que hasta ese entonces, Bussi ya había encomendado algunos de los más de 800 casos de secuestros, torturas, homicidios y desapariciones de los que se lo acusó. «Una práctica que multiplicó y profesionalizó a partir del comienzo de su gestión», siguió.
«Sus cuatro años de intervención estuvieron marcados por altos niveles de autoritarismo y represión, como también por la desarticulación de la actividad sindical. Según los testimonios recabados por la CONADEP, Bussi no solo visitaba con frecuencia los más de 30 centros clandestinos de detención de la provincia, sino que en muchos casos él mismo torturaba y ejecutaba a las víctimas con sus propias manos», manifestó la página.
«Además de desaparecer sindicalistas y políticos opositores, el bussismo intimidó y asesinó abogados para evitar la defensa de sus presos políticos. En julio del 76, secuestró a Mario Santucho, líder del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). A partir de los testimonios de los oficiales militares, se pudo saber que Bussi ordenó congelar su cuerpo y exhibirlo en la inauguración del ‘Museo de la Subversión’ en Campo de Mayo», agregó.
«Al dictador le interesaba lo simbólico de mostrar su ‘premio’ de guerra casi tanto como lo preocupaba lo que aparentaba tener una capital llena de villas. Por eso, cuando Jorge Rafael Videla visitó San Miguel de Tucumán, Bussi construyó muros de estilo colonial para taparlas y ordenó expulsar a todas las personas en situación de calle hacia los cerros catamarqueños», expresó el sitio, que además recordó que Bussi, que murió en 2011, fue asesorado por Javier Milei, quien hoy es el principal aliado del olmedismo en Salta.