El joven motociclista salteño correrá el Dakar en el desierto de Arabia del 5 al 17 de enero. Es su tercera participación en el rally más exigente del planeta.
Benavides recordó en una entrevista que dio al diario Clarín cómo fue forjando su camino hasta llegar al Dakar. “A los 15 años corrí a nivel nacional y después me contrató KTM Argentina. Con ellos logré ser campeón dos veces y fui encontrando una regularidad que me permitió avanzar y mejorar en cada competencia”, explica. “Jamás imaginé estar en el Dakar. Me acuerdo que lo veía por TV y era algo fascinante, pero creía que era imposible formar parte de eso. No tenía a la categoría como un objetivo”, cuenta al recordar lo que fue presenciar el arribo del Rally Dakar a la Argentina, donde la prueba pasó durante 10 años.
La participación de Kevin fue vital para que la oportunidad fuera una realidad y su llegada al Rally tomara forma, pero más allá de la buena química entre ambos, el menor de los Benavides tiene en claro que al momento de salir a competir todo cambia: “Kevin es mi mano derecha y mi pilar en todo esto. Lo lindo de nuestra relación es que desde chicos tuvimos un lazo muy fuerte. Pero hay una realidad y es que competimos en equipos distintos (él, en el Red Bull KTM; Kevin, en Honda) y por eso buscamos superarnos”.
El 2019 fue un año de ensueño para Luciano, ya que fue galardonado como el mejor deportista salteño, además de que logró coronarse en el Mundial junior del Cross Country Rally. Pero el notable presente no lo desvía del gran sueño de imponerse como campeón de esta prueba que nació en 1978 y que se destacaba por conectar el trazado París-Dakar. “Corro para ganar el Dakar, pero soy consciente que para lograrlo se debe tener experiencia, dedicación y trabajo. No me vuelvo loco para lograrlo, sino que intento cumplir lo que me propongo, pero sin desesperarme”, asegura.
El 2018 le dejó un sabor amargo, porque en la décima etapa (unión Salta-Belén) sufrió una caída que le provocó fisuras en las vértebras. Si el abandono en 2018 marcó su carrera, un año más tarde tendría la ansiada revancha con su noveno puesto en la general. En relación a las lesiones y a los riesgos que implica ser parte de una prueba tan riesgosa como el Rally Dakar, Benavides prefiere no hablar con sus padres sobre cada detalle que debe atravesar para completar las etapas.
Ante las aspiraciones para el Dakar 2020, el salteño se muestra con confianza y tiene en claro cuáles son los puntos fuertes que debe cumplir para mejorar su participación en la edición pasada: “Mi objetivo para el Dakar 2020 es terminar la competencia y mejorar el puesto del año pasado. No será una tarea sencilla, porque este rally tendrá una reglamentación diferente al de la edición pasada”.
Hay que recordar que la 42° edición del Rally Dakar será la primera disputada en Asia y que las motos, camiones, autos y quads que intentarán completar al duro trazado que conecta Jeddah con Al Qiddiya tendrán un “roadbook” (sistema de navegación) que será entregado 15 minutos antes de cada etapa y tendrán la ruta asignada por parte de la organización. En 2019, los pilotos contaban horas de preparación y la posibilidad de marcar por su cuenta los cruces, las partes importantes y los peligros del recorrido.
Otro de los puntos que aborda es la preparación previa- tanto física como mental- y cuáles son los principales requisitos que debe tener en cuenta a la hora de recorrer el caluroso desierto ubicado en Asia Occidental. “Me entrené todos los días, porque me preparé para sufrir. El desgaste físico será increíble, al punto de que haremos 500 kilómetros con 3 litros de agua y un calor inaguantable. A todo eso hay que sumarle lo complicado que es hacerlo sobre una moto, ya que la carrocería es uno mismo y los riesgos son bastante más altos que en otros vehículos”, describe.