Se trata de BTU y Techint. El gobierno nacional se la adjudicó a la segunda que había quedado cuarta en el proceso de licitación y la primera impugnó el proceso. Curiosamente la licitación podría declararse nula por el ajuste fiscal.
Se trata del Gasoducto del Noreste que fue concebido originalmente como una iniciativa privada presentada por Techint, que realizó la primera ingeniería de la megaobra para abastecer de gas natural a más de 3,5 millones de habitantes en las provincias de Salta, Formosa, Chaco, Santa Fe, Corrientes y Misiones.
La propuesta presentada dio lugar, durante el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, al lanzamiento de una licitación pública de Enarsa para construir el proyecto. El contrato para construir el primer tramo, de los nueve en que se dividió la obra, fue ganado originalmente por Servicios Vertúa, quien debía encargarse de montar el gasoducto en la provincia de Salta y establecer la conexión con el gasoducto Juana Azurduy, proveniente de Bolivia. Sin embargo, el contratista dejó inconclusa la obra y en mayo del año pasado IEASA (el organismo macrista que reemplazó a la kirchnerista ENARSA) rescindió el contrato.
Tres meses después, más precisamente el 3 de agosto del 2017, IEASA aprobó el llamado a una nueva licitación para finalizar los trabajos de instalación del gasoducto en el tramo que recorre la provincia de Salta hasta la conexión con el gasoducto existente en el límite con la provincia de Formosa y la reparación, acondicionamiento, completamiento mecánico y pruebas del tramo ya instalado. En total la obra contempla 230.000 metros, 122.100 metros de cañerías a instalar y 107.900 metros a reacondicionar.
En diciembre presentaron ofertas BTU, Contreras Hermanos, Techint, Víctor Contreras y Cía. y Servicios Vertúa. Esta última fue eliminada el 5 de junio pasado y dos días después se realizó la apertura de los sobres. BTU presupuestó $1.411.020.820,43, Contreras Hermanos S.A. $1.455.044.098.64, Víctor M. Contreras S.A. $1.541.056.000 y Techint S.A. $1.700.058.611,57, todos con IVA incluido. Pese a ello, el 2 de julio la Comisión Evaluadora de la licitación recomendó declarar inadmisibles las propuestas de las tres primeras y adjudicarle el contrato a Techint, que había presupuestado el monto mayor, un 20,48% superior a la propuesta más económica, correspondiente justamente a BTU.
BTU fue notificada de la decisión ese mismo 2 de julio y dos días después impugnó formalmente la decisión argumentando que la oferta formulada por BTU es la más conveniente y en consonancia con ello “desestime la oferta de Techint”, dice la presentación firmada por Carlos Mundin, presidente de BTU.
EconoJournal, por su parte, precisó que la Comisión Evaluadora de la licitación había descalificado las propuestas de BTU, Contreras Hermanos y Víctor Contreras por no indicar, para los insumos desagregados, los índices Indec asociados capaces de permitir la redeterminación definitiva de los precios ofertados, exigencia que supuestamente figuraba en el artículo 62 del pliego.
Las descalificaciones fueron sin consulta previa ni posibilidad de aclaración, lo cual, según afirma BTU, aún en caso de haber efectivamente incurrido en un error éste habría sido y podría haberse subsanado sin modificar la estructura económica de la propuesta. No obstante ello, en su impugnación, BTU sostiene que su propuesta no presentaba errores pues el pliego incluía un cuadro donde se explicitaba la estructura de ponderación de insumos principales o la estructura de costos estimada y las fuentes de información de los precios.
El directorio de IEASA debe reunirse hoy mañana miércoles 8 de agosto para decidir si avala lo hecho por la Comisión Evaluadora o si anula la licitación.
Los hombres del cuaderno
El portal econojournal.com.ar desarrolló ampliamente el tema en un artículo del lunes pasado y precisó que uno de los hombres que aparece detrás de la decisión de adjudicar la obra a Techint, es Alberto Raúl Brusco, ex secretario de Infraestructura Energética del gobierno nacional y ahora responsable del área de proyectos de IEASA. Pero antes de convertirse en funcionario de Macri, Brusco era gerente de Desarrollo de Negocios de IECSA, la constructora del coimero primo del presidente de la nación Ángelo Calcaterra, quien luego vendió IECSA a Pampa Energía.
También en el día de hoy, el directorio deberá ratificar una designación que enturbia más la cuestión: la del nuevo presidente de IECSA, Mario Agustín Dell’Acqua, que es un ex directivo de Techint, la firma que ganó la licitación. Firma que a sui vez está salpicada por el escándalo de los cuadernos Gloria tras la detención de Héctor Alberto Zabaleta, ex director de Administración del holding y que sería el “Héctor” que aparece en las fotocopias de los cuadernos del salteño Centeno.
Pero la pelea sumó otro condimento nuevos condimentos en los últimos días porque Carlos Mundin, dueño de BTU, la empresa que ahora impugna a Techint, también fue detenido el miércoles pasado en la causa de los cuadernos del chofer Oscar Centeno. Mundin está acusado de haber otorgado sobornos por obras y una de ellas es justamente otro tramo de este mismo gasoducto.
Sin embargo, más allá del planteo administrativo de BTU, el proyecto está inmerso en una profunda incertidumbre. Fuentes privadas indicaron a este medio que lo más probable es que la licitación para concluir el GNEA se declare nula por la precaría situación fiscal del gobierno para incluir la obra en el presupuesto de 2019, en post de cumplir con la reducción del déficit fiscal.