Según datos del Ministerio de Salud los procedimientos pasaron de 181 a 565 entre esos años. El 10% de los pacientes son jóvenes que eligieron no tener hijos. Sin embargo, aún son muchas más las ligaduras de trompa.
“Hoy, las consultas por vasectomías superan a los pedidos de información por ligadura de trompas y hay un aumento significativo en la demanda de este procedimiento”, enfatiza en su edición de hoy el diario Clarín en un informe sobre anticoncepción quirúrgica masculina que es gratuita por ley desde el año 2006.
Según los especialistas las intervenciones se incrementan un 30% por año, mientras los datos que maneja la Secretaría de Salud de la Nación muestran cifras aún mayores: entre 2017 y 2018 los procedimientos pasaron de 181 a 565. “Si bien, en su mayoría, se inclinan por esta práctica hombres juntados o separados que ya son padres, en uno de cada diez casos la eligen menores de 40 años que no tienen hijos y ya resolvieron que no quieren tenerlos en el futuro”, reseña Clarín.
También se incrementó el número de hombres que averiguan sobre esta intervención. Según datos de la línea de consulta 0800 Salud Sexual, de la Secretaría de Salud de la Nación, por primera vez en 2018 hubo más pedidos de información por vasectomías (580) que por ligadura de trompas (354). Sin embargo, aún son muchas más las ligaduras informadas por las provincias a la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva dependiente de la cartera de Salud de la Nación: 14.590 en 2018.
Existen dos procedimientos para ejecutar la intervención: con y sin bisturí. “En ambos casos se corta el conducto deferente, por el que viajan los espermatozoides. Lo que varía es el instrumental”, precisó un médico que explicó la técnica del bisturí del siguiente modo: “se realiza una incisión de un centímetro en el escroto para llegar a ese conducto. Se lo corta y luego se lo liga”.
En tanto, la técnica sin bisturí supone una punción. “Utilizamos una pinza con la que se pincha la bolsa escrotal. El testículo sigue generando espermatozoides, la diferencia es que después de la intervención el conducto deferente está bloqueado por lo que no pueden salir”, explica el especialista y asegura que quedan almacenados entre el lugar del corte y el testículo y el cuerpo se ocupa de reabsorberlos.
Tras el procedimiento la eyaculación casi no cambia. Esto se debe a que los 40 millones de espermatozoides por acto sexual representan menos del 5% de su volumen. Para los “arrepentidos”, además de una microcirugía para revertir la vasectomía, existe la posibilidad de aspirar espermatozoides del testículo y realizar una fertilización in vitro.
La intervención es sencilla y la recuperación, ambulatoria. El hombre debe estar una semana sin tener relaciones sexuales y tiene que usar durante dos o tres meses otro método anticonceptivo. El paso siguiente es hacer un espermograma para confirmar que el procedimiento haya sido exitoso.