Repasamos el texto en el que el recordado político de la Izquierda Nacional reflexionaba sobre el prócer salteño.
En el texto «Güemes y la ‘gente decente’ de Salta», Jorge Enea Spilimbergo (1928-2004) reflexiona sobre la relación entre la oligarquía salteña y la imagen póstuma de Martín Miguel de Güemes.
«La gloria póstuma servía para tapar el proceso del asesinato de Güemes por la oligarquía salteña en connivencia explícita y directa con las armas del Rey de España y apuñalando por la espalda la empresa liberadora de San Martín en Perú», aseguraba Spilimbergo. «Los Uriburu, Cornejo, Saravia, Zuviría, Benitez, Figueroa y demás asesinos de Güemes en complicidad con el invasor realista, tuvieron abundante y funesta progenie que ha sabido guardarse las espaldas de la honorabilidad patriótica con el mismo celo con que los Mitre han creado el mito del siniestro caudillo de la bárbara oligarquía bonaerense», agregaba.
El texto, que puede leerse online, fue escrito a mediados de la década del 60 y señala que «la imagen que se nos ha dado de Güemes es la de un monaguillo unitario que defendió como Robin Hood una frontera desamparada permitiendo a San Martín hacerse el Aníbal con el Ejército en los Andes».
«Esta Imagen es falsa -seguía-. Güemes, gobernador de Salta desde 1615, a los 29 años, defendió con método de guerrillas las quebradas jujeñas y los valles de Salta rechazando ocho invasiones, de las cuales la tercera dirigida por los generales Ramírez y Canterac, fue realmente formidable. Pero esta guerra que dejó a Salta victoriosa aunque arrasada no se llevó a cabo con métodos guerrilleros porque la empresa de San Martín hubiese absorbido la totalidad de las armas nacionales. Allí estaba, a pocas jornadas, el Ejército del Norte, inmovilizado en Tucumán desde la retirada de Sipe Sipe hasta la marcha hacia Buenos Aires en apoyo del Congreso unitario, oportunamente desbaratada por el pronunciamiento de Arequjto. ¿Por qué, en más de cuatro años, ese ejército, a todas luces respetable por el número de sus efectivos, su parque, oficialidad y caballadas no osó moverse en apoyo de las bravas milicias gauchas que combatían sobre Salta y Jujuy?»
«La respuesta la suministra el eminente historiador salteño don Bernardo Frías en el IV tomo de su ‘Historia del General Güemes y de la provincia de Salta, o sea, de la independencia Argentina’ Título tan pretencioso es en buena medida, justificado, aunque merecería este subtítulo: ‘E historia de la infamia oligárquica en Salta, o sea, de la conjuración contra la independencia argentina’. Esta historia, como gran parte de la bibliografía fundada en el manejo de los archivos provinciales y las tradiciones familiares locales yace sepultada en su misma publicidad», agregaba.