viernes 7 de junio de 2024
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Salta

De Messi a Bolsonaro: Olmedo y la incansable necesidad de colgarse de alguien

El diputado nacional salteño siempre va de la mano de una figura internacional, aunque no lo autoricen.

¿Qué tienen en común Lionel Messi y Jair Bolsonaro además de compartir la simpatía del crack Ronaldinho? La respuesta viste de amarillo y se llama Alfredo Olmedo. Es que el diputado nacional salteño “se cuelga”, como diría Moria Casán, de estas figuras internacionales para lograr mayor trascendencia de cara a las elecciones de turno.

El legislador de la campera amarilla es conocido por sus propuestas entre delirantes y ridículas (castración química para violadores, tercer baño para travestis) y posiciones que por el momento producen primero rechazo, luego vergüenza, y finalmente risa con una pizca de indignación porque nunca se sabe hasta dónde puede llegar a impactar el mensaje torcido de alguien que parece un candidato eterno pero en realidad ha conseguido mucho más de lo que uno podría haber imaginado cuando surgió su figura política, hace más o menos una década.

Siempre de la mano de la provocación, (“yo tengo la mente cerrada y la cola también”, dijo, en contra del matrimonio igualitario) Olmedo avanza con la imagen y el discurso como los mejores aliados. También con la complicidad secundaria, a veces involuntaria, de los medios (como éste, ahora mismo) que reproducen los dichos, replican las fotos y mantienen en el radar a una figura que se viste de lugares comunes primero para después profundizar en bestialidades.

En 2011, Olmedo publicó avisos “contra las drogas” ilustrados con la foto que se sacó con Lionel Messi en algún lugar, alguna vez. Por supuesto, el capitán de la selección argentina no tenía ni la más pálida idea de quién se trataba ese hombre de amarillo que le pedía una fotografía. La movida causó indignación en el entorno del jugador, que demandó a Olmedo. Quizás el mérito haya sido provocar la única postura política explícita del 10: “Él no tiene nada que ver con la política partidaria y no apoya a nadie”, dijo su abogado al diario Clarín, cuando el fraude del salteño había trascendido.

Aquella jugada le sirvió a Olmedo para lograr trascendencia pero no le alcanzó para lograr la gobernación de Salta. Este año volvió a la carga y busca impactar en el potencial electorado argentino que ve con simpatía a Bolsonaro, el político que el próximo domingo podría convertirse en el nuevo presidente de Brasil.

A través de Twitter, Olmedo difundió sus aventuras por el Brasil derechista que banca a Bolsonaro. “Estoy acá, en el canal de Río, apoyando a Bolsonaro presidente, el líder de nuestra región”, dijo, mirando a cámara. Luego “el ilustre diputado» se hizo bendecir, recibió una biblia y participó de una celebración religiosa y de actos políticos, siempre de la mano de «la familia», «dios» y «de la gente de bien», las posturas conservadoras en las que se sostiene para ir por la gobernación o la presidencia, algo que todavía no decidió. Quizás llegue. Sólo basta mirar cómo le fue a los candidatos que nadie tenía en cuenta, como Donald Trump.

 

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