Organismos y militantes de Derechos Humanos advirtieron de los peligros de elegir en las urnas a candidatos y candidatas que reivindiquen o minimicen lo realizado por el Proceso.
Hay que votar con memoria, aseguraron en las últimas horas organismos y militantes de derechos humanos, que se reunieron en la Plaza 9 de Julio para reflexionar de cara a las elecciones del próximo domingo, en las que podría obtener el triunfo una fórmula negacionista de la dictadura.
«Tenemos treinta mil razones para votar con Memoria, Verdad y Justicia. Cuando dijimos Nunca Más, es Nunca Más para siempre», aseguraron en un comunicado, según difundió Nuevo Diario este lunes.
Los organismos agregaron que los argentinos «con la democracia recuperamos derechos que no estamos dispuestos a perder y que fueron conseguidos a través de la lucha del pueblo». Se referían a «salud pública, seguridad alimentaria, educación pública y gratuita, acceso a la tierra y a la vivienda».
En un comunicado, la Asociación Miguel Ragone y la Liga Argentina por los DD.HH., enmarcados en la Mesa de Derechos Humanos de Salta, recordaron que «a mediados de los 70 hubo terrorismo de Estado, un golpe cívico militar eclesiástico que atacó y clausuró las instituciones democráticas dejando 30 mil desaparecidos», reivindicación que se opone de manera férrea al negacionismo que exponen desde la avanzada de la derecha, a partir de sus candidatos, que no solo desconocen los crímenes durante la dictadura, sino que además abogan por la teoría de los dos demonios, y apuntan a poner freno a las conquistas históricas de derechos de argentinos y argentinas.
En la misiva recuerdan también que esos treinta mil «fueron secuestrados y detenidos ilegalmente en Centros Clandestinos, hoy convertidos en sitios y espacios de Memoria, para que las futuras generaciones no olviden». Sobre estos sitios de memoria, agregan: «es una prueba indiscutible del horror que vivimos como sociedad, los nietos, a los que las Abuelas de Plaza de Mayo van devolviéndoles su identidad», y que hoy son más de 400 las personas que fueron apropiadas por los genocidas en el momento del secuestro de sus padres, o al nacer durante el cautiverio de sus madres.
«Todo esto ocurrió con total impunidad por grupos militares y paramilitares con complicidades civiles de grupos empresarios y jueces corruptos que no hicieron nada por impedir las violaciones sistemáticas a los derechos humanos», sostienen, y agregan: «La sociedad argentina ya dijo Nunca Más y esto quedó refrendado por la Justicia en los juicios de lesa humanidad».
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