martes 3 de diciembre de 2024
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Intervención a Ahynarca | Sectores de la UTA se involucran en conflicto empresarial a días de las elecciones gremiales

La Justicia desplazó de Ahynarca a Walter Pérez, sospechado de haberse quedado con la empresa ilegalmente. Un sector que disputará la conducción gremial apoyó al sospechoso evidenciando convivencia entre sindicalistas y empresarios. (Daniel Avalos)

El 22 de junio pasado, CUARTO adelantó que el golpe empresario que se produjo en Ahynarca S.A. se desmoronaba. Todo comenzó en noviembre del 2017 cuando en las instalaciones de la empresa en barrio Intersindical, el hombre al que todos consideraban dueño de la firma era retenido por la fuerza policial que le explicaba que el directorio y el titular de la firma le tenían vedado el paso a la oficina que había ocupado durante años. El retenido era Héctor Rodríguez y quien ordenaba expulsarlo, Walter Pérez, un administrativo que se proclamó como el principal accionista de la firma.

Todos concluyeron que estaban ante “un golpe” ejecutado por un testaferro y accionistas menores. Rodríguez reaccionó de varias formas, aunque acá resumiremos la más importante: llevar a la justicia un documento que probaba que Pérez podía aparecer como principal accionista, aunque había rubricado la cesión de esas acciones a Rodríguez. Desde entonces la trama giró en torno a la existencia o no de ese documento que Pérez habría buscado recuperar cuando “tomó por asalto” la oficina de su empleador. El objetivo no se concretó. En la oficina habrían tomado “cesiones” de testaferros menores, aunque el acta que Pérez había rubricado en el 2012 e involucraba 70.000 acciones sobre un total de 110.000 seguía en poder de Rodríguez.

La secreta “cesión de acciones” apareció en una cumbre entre las partes realizada en febrero de este año que concluyó con un convenio garantizado por Ahynarca S.A. que en ese acto fue representada por el vicepresidente de la firma: Esteban Patrón Costas. En el mismo se aceptaba la existencia del “Acta de cesión” de Pérez en favor de Rodríguez, aunque la misma fue impugnada por el primero por carecer de especificaciones sobre el precio de las mismas y la conformidad de la esposa de Walter Pérez. Ello habría deslizado a Rodríguez a un compromiso: terminar con las denuncias y las demandas contra Pérez y al Directorio a cambio de lo cual recibiría una renta vitalicia y una camioneta 4 x 4.

Lo acordado debía ratificarse en una Asamblea que según el acta rubricada por la escribana Mariela Edith Echazú, contó con la presencia de 6 accionistas – Walter Guillermo Pérez, Esteban Patrón Costas, Jorge Ricardo Vay, Juan Carlos Moreira, José Antonio Ortíz y Héctor Daniel Díaz – aunque todo se complicó en abril cuando Patrón Costas aseguró no haber participado de ella violando la calidad de “unánime” con que había sido convocada. Ante escribano, Patrón Costas dejó constancia que ni convocó ni participó de la Asamblea y que no avalaba lo allí acordado. Lo curioso era que Patrón Costas fue el que hizo los contactos con Rodríguez para darle fin al conflicto, aunque su conducta final habría obedecido a su negativa a que la empresa se hiciera cargo de deudas propias de Pérez.

La intervención

La impugnación a la asamblea deslizó a Rodríguez a otro despliegue generalizado para recuperar la empresa que asegura es enteramente suya. Fuentes confiables, aseguran que promediando el mes de junio un miembro del directorio afirmó ante escribano que conocía a Héctor Rodríguez; que en Ahynarca – hasta antes del “golpe” – nada se hacía sin su consentimiento; que los trabajadores eran designados o cesanteados según sus designios; que Pérez era fiel seguidor de esos designios; y otros detalles que daban cuenta de que Rodríguez era quien mandaba.

No se supo más nada del litigio hasta el martes 9 de octubre a las 19 horas. Fue el momento en que la justicia dispuso la intervención de la empresa. La medida surgió tras un periodo de 45 días en que el juzgado de Concursos, Quiebras y Sociedades de Segunda Nominación – a cargo de la jueza Victoria Ambrosini – ordenó el desembarco en la firma del veedor Alberto Tejerina quien debía elaborar un informe sobre el estado de la contabilidad social, la situación patrimonial y el desarrollo del objeto social de la empresa.

Aunque el informe aún no se hizo público, las conclusiones debieron ser lapidarias. Lo confirman testimonios de especialistas ante la consulta de este medio. Los mismos aseguraron lo siguiente: “por lo general ante casos de este tipo y la evidencia de que algo anda mal, la justicia suele recurrir a la figura de ´Administración Compartida´ que supone una dirección que sin dejar de lado a los titulares formales, incorpora a los designados por la Justicia. Pero el hecho que se haya decidido directamente desplazar al presidente, nos permite pensar que no solo la denuncia de Rodríguez cuenta con muchos fundamentos sino también que el desmanejo financiero debe haber sido terrorífico”, enfatizaron.

CUARTO confirmó que el desplazamiento de Walter Pérez estuvo acompañado por el de otros dos miembros del directorio: Jorge Ricardo Vay y Héctor Daniel Díaz. Ambos eran accionistas menores y se sospecha que en calidad de testaferros infieles, mientras el último de los mencionados es calificado por quienes lo conocen como un Testigo de Jehová a quien finalmente lo devoró el pecado de la codicia cuando se sumó al “golpe empresarial” de noviembre.

Con respecto al desmanejo financiero, ya en junio había referencias a las mismas en tanto algunos trabajadores manifestaban que tratando de ganar apoyo, Walter Pérez se había sumergido en una orgía de populismo empresarial que incluía nombramientos, asados y pescas colectivas, reuniones sociales y fiestas plagadas de sorteos para trabajadores. La combinación de todo daba por resultado un enflaquecimiento permanentemente de las arcas de la empresa.

La alianza patrón – sindicalista

El desaguisado coincide con el proceso electoral que dirimirá la conducción de un sindicato que en los tensos días que se viven en el país, a fuerza de paros recupera un protagonismo que estaba adormecido: la Unión Tranviara Automotor (UTA) que el próximo 19 de octubre celebrará elecciones para renovar autoridades. Los sectores que buscan conducir el gremio están encabezados por tres candidatos a secretario general: Jorge Flores quien en noviembre del 2014 le arrebató la conducción a un Oscar Cruz que estuvo tres décadas al frente del gremio; Carlos Hussein quien busca destronar al oficialismo actual del propio Flores; y Pedro Cruz, hermano de Oscar, quien, como ya lo mencionáramos, fuera uno de los burócratas sindicales por excelencia de la provincia.

En el ámbito de los trabajadores del transporte, cobró trascendencia en los últimos días el accionar del candidato a Secretario de Acción de la lista de Pedro Cruz: Ricardo Fernández, alias el “Pelado”. El motivo por el cual muchos hablaron de él entre el martes y el miércoles fue por personalizar un clásico desvío del sindicalismo argentino: el apego a los intereses patronales aun cuando la misión sindical sea luchar contra las órdenes de la patronal en función de los intereses de los trabajadores.

Fernández es delegado interno de la empresa Ahynarca, aunque fotos difundidas ayer muestran cómo el martes promovió un repudio al desplazamiento de Walter Pérez. Al frente del auto denominado Colectiveros Unidos de Salta (CUS) se apersonaron a la empresa con el objetivo de obstaculizar la salida de las unidades del corredor 8 como forma de protesta, intento que habría sido frustrado por la intervención del titular de SAETA, Claudio Mastrandrea. En este punto, ninguno de los trabajadores de Ahynarca comprometieron testimonios para confirmar o desmentir la versión. Quienes sí dijeron algo fueron los que orbitan por la sede del sindicato quienes aseguran que las buenas relaciones entre Fernández y Pérez viene de hace años, que la misma es bien conocida en el ambiente y que no se puede descartar que Fernández materialice una práctica habitual entre los empresarios: ubicar a trabajadores que le respondan en líneas internas del sindicato para tener mayor control e incidencia en el mismo.

El «Pelado» Ricardo Fernández, de lentes y camisa beige, protestando contra el desplazamiento de Walter Pérez.

CUARTO intentó comunicarse con los que aspiran a conducir el gremio. El número de Jorge Flores al que accedimos nunca respondió a la llamada. No habría que descartar que simplemente optara por no responder al llamado de un número desconocido, sin olvidar que ayer miércoles estuvo abocado a la firma de un “Acta Acuerdo” con el propio Alberto Tejerina – el contador pasó de “veedor” a “interventor” de la empresa – que garantizase los puestos y las condiciones laborales de los trabajadores de Ahynarca.

Carlos Hussein sí atendió al llamado y fue consultado sobre el intento de Fernández de paralizar el servicio de la empresa. Hussein aseguró que no tenía elementos para confirmar la versión, aunque estaba preocupado por el conflicto empresarial y las consecuencias que pueda tener entre los trabajadores del corredor. Lo que sí manifestó Hussein es que “nunca es ético que un trabajador se involucre en litigios entre empresarios, aunque no tengo ningún elemento que me permita decir eso de Fernández. Lo que sí le puedo decir, es que independientemente de quien sea el dueño de Ahynarca nosotros vamos a velar para para que ningún derecho laboral de los compañeros de esa empresa se vea perjudicado por las disputas empresariales”, finalizó.

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