El cuestionado Diego Luciani calificó a la causa de la obra pública en Santa Cruz como la mayor corrupción de la historia del país, acusó a CFK de ser jefa de una asociación ilícita y pidió su inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
Tras nueve jornadas de alegatos en los que los fiscales soportaron que sus testigos desmintieran las acusaciones y en medio de un show plagado de irregularidades, el final de la película fue el esperado: solicitaron 12 años de prisión para Cristina Kirchner y que tanto la vicepresidenta como los exfuncionarios imputados sean inhabilitados de forma perpetua para ejercer cargos públicos.
Luiciani también pidió que se condene a 12 años de prisión al empresario Lázaro Báez, mientras reclamó penas de 10 años de cárcel para el exministro de Planificación Federal, Julio De Vido; el exsecretario de Obras Públicas José Francisco López; y el extitular de la Dirección Nacional de Vialidad (DNV), Nelson Periotti. El representante del ministerio público fiscal también requirió el decomiso de unos 5.321 millones de pesos para ser destinados a instituciones de bien público, dado que para la acusación ese es el monto del supuesto perjuicio para las arcas del Estado.
La sorpresa de la novela lo protagonizó el propio Luciani quien en parte de su alegato acusó a la ex presidenta de haber defraudado «las expectativas de los ciudadanos que la votaron». Luciani también tuvo tiempo para referirse al presidente Alberto Fernández a quien acusó de haber defendido «puerilmente a su compañera de fórmula» cuando le tocó declarar en calidad de testigo.
Ya en la mañana de hoy, Cristina Kirchner anunció que pidió hablar en el juicio por la obra pública de Santa Cruz. Lo hizo a través de un hilo de Twitter en el que relató que pidió ampliar su declaración indagatoria. Lo explicó narrando que ante el hecho de que los testigos demolieron la acusación durante el juicio, los fiscales recurrieron en su alegato a cuestiones nunca planteadas en las audiencias, incluyendo elementos traídos de otras causas.