Dos maestras becadas y un soldado del Regimiento de Granaderos perdieron la vida el 16 de junio de 1955. Sus historias permanecieron en el olvido durante décadas hasta que una investigación las rescató del silencio.
Viola Sara Bun, Pilar Inés Amezua y Mario Díaz fueron las tres víctimas salteñas que perdieron la vida durante el bombardeo a Plaza de Mayo del 16 de junio de 1955. Las dos primeras eran maestras de 22 años que habían viajado a Buenos Aires para realizar un curso en el Instituto de la Nutrición, mientras que el tercero era un granadero de Metán que defendía la Casa Rosada.
Las jóvenes docentes habían llegado a la capital en marzo de 1955 con becas otorgadas por el gobierno de Salta. Vivían en la residencia universitaria Santa Felicitas, ubicada en la calle Montes de Oca, cerca de la iglesia Santa Lucía. Un micro las trasladaba diariamente al Instituto de la Nutrición donde cursaban estudios desde su llegada.
Según reseñó el medio Salta12 un par de años atrás en esta fecha, el testimonio sobre el destino de las maestras fue brindado por Afra Alegría Hermosa, cuñada de Viola Sara Bun y -en ese momento- residente de Córdoba de 90 años. Hermosa relató que el día del bombardeo las jóvenes habían salido de la residencia para visitar a Néstor Bun, hermano de Viola, quien trabajaba en una compañía de seguros en las calles Bolívar e Hipólito Yrigoyen, próximas a Plaza de Mayo.
Las maestras buscaban obtener una autorización de Néstor para poder salir los fines de semana y conocer la ciudad, ya que las religiosas de la residencia no les permitían hacerlo debido a la situación política. Esa noche, una enfermera del Hospital Argerich comunicó que ambas habían fallecido. Fueron encontradas con impactos de bala por la espalda y esquirlas en el rostro, con los bolsillos revisados y sin sus pertenencias de valor.
El tercer salteño que perdió la vida fue Mario Díaz, un soldado de 22 años oriundo de Metán que servía en el Regimiento de Granaderos a Caballo. Le correspondió defender la Casa Rosada y al presidente Perón durante el ataque aéreo ejecutado por la Marina con aviones de gran porte. Su muerte conmocionó a la ciudad de Metán.
Las historias de estos tres salteños permanecieron ocultas durante décadas hasta que una investigación sobre el avión Gloster Meteor del Monumento 20 de Febrero permitió recuperar sus testimonios. En el caso de Mario Díaz, actualmente pocos metanenses conocen que el barrio Granadero Díaz lleva su nombre en honor al soldado que murió defendiendo la Casa Rosada aquel 16 de junio de 1955.