Así lo señaló Romina Altamirano, socia de la cooperativa que recuperó una panadería/confitería que ahora pretenden desalojar del inmueble que pertenece a la iglesia católica salteña, cuyos representantes se niegan a renovar un contrato de alquiler a pesar de que nunca hubo motivos para tal decisión.
«Somos ocho familias que estamos haciéndonos cargo de la panadería desde que los dueños se declararon en quiebra hace dos años», comentó Romina en el programa CUARTO OSCURO (FM La Cuerda 104.5) al referirse al local ubicado en calle España al 700 de Salta Capital. Además recordó cómo conformaron una cooperativa entre las 6 mujeres y 2 varones que eran empleados. «Empezamos desde cero, nos costó muchísimo», aclaró.
«Nos pusimos la mochila de pagar todo lo que tenían adeudando los dueños anteriores, impuestos, luz, gas, proveedores y lo que priorizamos fue el alquiler, que se nos venció en noviembre de 2021», narró. Luego Romina aclaró que dos meses antes de que se venciera el contrato, los dueños del lugar, es decir el Arzobispado de Salta, comenzaron a negarse a renovar para que la cooperativa San José pudiera permanecer con la confitería en el lugar.
«Mandamos cartas para reunirnos con el obispo y nunca aceptaron siquiera conocernos y ahí comenzó lo judicial. Ahora estamos con un desalojo inminente», se lamentó casi entre lágrimas la entrevistada. Además señaló que desconocen las razones del Arzobispado para negarles la renovación de contrato de alquiler a pesar de que poseen más de 500 propiedades en la provincia.
«Todo el mundo nos pregunta por qué no nos vamos a alquilar a otro lugar. El problema es que todo lo que ves en la confitería está embargado por AFIP. Todo. Con el tiempo que estamos nosotros fuimos comprando un horno, un freezer, unas licuadoras y solamente eso pudimos, porque pagamos muchas cuentas de los dueños anteriores», aclaró Romina.
La Iglesia salteña quiere desalojar a cooperativistas que alquilan una propiedad eclesiástica