La preocupación atraviesa a los gobiernos provinciales, pero también a las empresas que precisan del recurso para producir. El gobernador Gustavo Sáenz confía en que la nueva gestión avanzará con la obra.
La obra forma parte del mapa de obras del gasoducto Néstor Kirchner que debe llegar con el gas de Vaca Muerta a distintos puntos del país. “Tiene un costo de u$s 710 millones, de los cuales más del 75% lo cubre la CAF con un préstamo que ya fue aprobado. Es un gasoducto de 122 kilómetros de extensión y la reversión del sentido de inyección, dado que hace más de 50 años que Argentina importa gas desde Bolivia que ya avisó que a partir del próximo invierno dejará de enviar gas en firme. Por lo que la reversión busca que ese gas sea abastecido por el de Vaca Muerta, que es tres veces más barato, con lo que el impacto macro es relevante también, estimado en un ahorro de divisas de u$s 1.960 millones” destacó en su edición de hoy el diario Ámbito Financiero.
El problema es que los trabajos quedaron en stand by tras los anuncios del nuevo gobierno sobre el fin de las obras públicas. Según narra Ámbito, la situación preocupa mucho a empresarios y también a los gobernadores de las provincias que podrían carecer del recurso durante el próximo invierno. Ámbito pone como ejemplo de esto último lo manifestado por el gobernador de nuestra provincia, Gustavo Sáenz, durante la asunción de su segundo mandato. Allí alzó la voz para recordar que se trata de una “obra prioritaria” y le solicitó a Nación que tenga “continuidad inmediata” para en el mes de Julio nadie se vea sorprendido que “cuando se termine el convenio con Bolivia, que siete provincias argentinas se queden sin gas por haber evitado que esta obra continúe”.
El mandatario volvió a referirse al problema el sábado en el programa “La Última Cena” con Alejandro Fantino por Canal 9. La mesa también contó con la participación de los gobernadores de Chubut, Ignacio Agustín Torres; de Córdoba, Martín Miguel Llaryora; de Santa Fe, Maximiliano Pullaro; y de Río Negro, Alberto Weretilneck.
En la oportunidad, el mandatario salteño habló de distintos temas, focalizando en la importancia del Norte Grande y la defensa irrenunciable de los intereses de los salteños. “La verdadera grieta es la Argentina dividida entre los argentinos de primera y de segunda, entre los argentinos que están llenos de subsidios y privilegios y los argentinos que están llenos de necesidades e injusticias”, manifestó, alegando 200 años de asimetrías y desigualdad fomentando una “visión centralista”, dijo.
En esa línea, el Gobernador aseguró que el “Norte Grande es un gigante dormido que tiene todo lo que el mundo demanda”, y sobre el gasoducto dijo creer “que ahora replantearon el tema y lo van a hacer”, adelantó el mandatario, añadiendo que sin esa obra –en peligro por la posición del Gobierno nacional de suspender la obra pública – “nos llevaba a siete provincias a quedarnos sin gas a partir de julio”.
La reversión del gasoducto norte fue uno de los últimos temas que encaró la estatal Energía Argentina (ex Enarsa). No solo se contaba con el financiamiento, sino que fue licitada y hasta se abrieron públicamente los sobres de las ofertas. Pero la obra quedó en stand by. Las ofertas admitidas fueron las de BTU y TECHINT-SACDE. La primera presentó una oferta por $183.334 millones, mientras que la alianza Techint-Sacde presentó una de $141.410 millones. Si bien la oferta de Techint-Sacde fue más baja y se gana por precio, la adjudicación no es automática, debe analizarse por Energía Argentina.
“Pero este proceso se dio en medio del camino electoral, en la previa del balotaje, por lo que no estaba claro quién iba a gobernar y qué se iba a querer hacer con la obra. Además, se sumaba otra cuestión: la oferta más baja (Techint-Sacde) superaba en un 60% el presupuesto oficial, cuando el pliego decía que la oferta que fuera adjudicada no podría superar el 20% del presupuesto de la obra. En ese contexto político y bajo esos parámetros, nadie del gobierno de Alberto Fernández le puso el «la firma» a la obra, pese a que se cuenta con avances, como el pago de caños especiales a Tenaris, que iban a ser utilizados en el gasoducto” destaca el medio ya citado.
Fuentes del sector privado revelaron que las grandes petroleras se unieron para analizar la construcción de forma privada. Son alrededor de 5, pero llegaron a la conclusión que por los plazos “no llegan”. Si no lo hacen los privados ni el Estado, en el sector ya se imaginan cómo será el traslado de gasoil por camiones para llevar gas al norte del país, aunque sería une medida “costosa e ineficiente”, al margen de que hay usinas eléctricas que son solo a base de gas.