La propuesta se realizó en el marco de la primera cumbre energética del Norte Grande en la que estuvo presente la secretaria de Minería y Energía de Salta, Flavia Royón.
Mario Nallib Fadel es ex senador nacional, ex diputado nacional y ex Auditor General de la Nación. En un largo artículo que analiza la cumbre realizada en la provincia de Catamarca, recuerda que el principal objetivo de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) en 1960 fue garantizar precios justos y estables para los países productores de ese recurso estratégico, que hasta entonces eran prisioneros de 7 empresas de EE.UU. y de Europa que fijaban el precio del crudo, lo cual suponía una transferencia indebida de riqueza de los países pobres hacia los ricos. Para corregir ese desequilibrio, resaltó Fadel, 5 países dieron el primer paso para constituir la OPEP.
“Con el litio, la nueva vedette energética, podría pasar la misma situación de desequilibrio, a menos que nos animemos a pensar alternativas para evitar que el precio sea fijado atendiendo sólo a los intereses de los países consumidores en detrimento de los países productores. En definitiva, son los habitantes de estos últimos países los que soportan el impacto que implica una actividad extractiva” destacó el autor de la nota.
En ese punto, Fadel enfatiza que el país está frente a una nueva oportunidad por ser la segunda reserva después de Bolivia, el cuarto productor mundial en el año 2020 detrás de Australia, Chile y China, y poseer en las provincias de Catamarca, Jujuy y Salta el 20% de las reservas mundiales.
El autor de la nota destacó que en los últimos años se observa una aceleración de las inversiones para multiplicar la extracción, celebro que la “intención de los gobernadores de las tres provincias de constituir una instancia supraprovincial para el tratamiento del negocio” y el impulso desde nación de una legislación promotora de la electromovilidad; aunque advirtió que “los jugadores del negocio a nivel mundial ostentan tal envergadura que exigen de nosotros habilitar un debate sobre cómo, en nuestra condición de productores del recurso, generamos herramientas que garanticen que el impacto negativo que genera la actividad minera en el medio ambiente sea compensado con mejoras ostensibles en la calidad de vida, en particular de las comunidades de las provincias propietarias del recurso, y en general del país, garantizando la sustentabilidad en todas sus dimensiones, social, cultural, ambiental y económica”.
En este sentido, Fadel pide que las iniciativas que se debatan para lograr ese objetivo deben ser materia de profundas discusiones y amplios acuerdos que dejen atrás prejuicios inconducentes. “Considero importante proponerse el objetivo de constituir, en un futuro cercano, una instancia supranacional que sea para el litio lo que la OPEP es para el petróleo. Antes de la OPEP, el petróleo no valía nada: es decir, los productores del recurso recibían migajas en comparación con los daños que ocasionaba extraer un recurso no renovable, mientras era el motor del desarrollo acelerado de las naciones compradoras”.