jueves 13 de noviembre de 2025
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Requieren juicio para remisero salteño acusado de casi una docena de abusos sexuales

La fiscal penal Morales Torino pidió juicio para un hombre de 48 años por once hechos de abuso sexual contra al menos nueve mujeres. El acusado utilizaba un vehículo para cometer los delitos durante la madrugada.

La fiscal penal 3, subrogante de la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual (UDIS), Celina Morales Torino, solicitó juicio ante el Juzgado de Garantías 6 para un hombre de 48 años por múltiples delitos sexuales. Los cargos incluyen abuso sexual simple, abuso sexual con acceso carnal, lesiones leves, rapto y coacción, todos en concurso real.

La Fiscalía estableció la existencia de un patrón criminal sistemático que involucra a al menos nueve víctimas. El acusado operaba como remisero y aprovechaba la vulnerabilidad de las pasajeras durante horas nocturnas para cometer los abusos. Las denuncias presentadas por múltiples damnificadas revelaron un modus operandi idéntico en todos los casos.

El imputado utilizaba un pretexto técnico para generar cercanía física con las víctimas. Alegaba que «el sensor del taxímetro no funcionaba» y pedía a las pasajeras que se sentaran en el asiento delantero o entre los asientos, argumentando que así el contador registraría el viaje o el láser del vehículo podría detectarlas. Esta maniobra le permitía ejercer control sobre la víctima y vulnerar su integridad sexual.

Durante los hechos, el acusado aislaba a las víctimas desviando la ruta acordada, acelerando el vehículo o trabando los seguros de las puertas para impedir que descendieran o pidieran ayuda. Posteriormente, recurría a amenazas explícitas e implícitas, utilizando información personal de las víctimas como sus domicilios, con el propósito de evitar denuncias.

Las consecuencias de estos delitos se evidenciaron en los testimonios de las damnificadas, quienes manifestaron haber experimentado angustia, miedo y trauma psicológico. En uno de los casos se reportó la pérdida de un embarazo como consecuencia directa del impacto emocional sufrido.

Las víctimas lograron reconocerse mutuamente a través de redes sociales, donde compartían el modo de operar del agresor e incluso su fotografía. Este reconocimiento, basado en descripciones físicas coincidentes y patrones idénticos de conducta, constituyó una prueba clave para establecer que se trataba del mismo autor actuando de manera reiterada, según informó Fiscales Penales.

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