Nora Leonard, integrante de la Asociación de Derechos Humanos Lucrecia Barquet, dijo que «quienes participaron la muerte» del ex juez «no les importa el genocidio». En la lista figuran Juan Carlos Romero, Andrés Suriani, entre otros.
Ricardo Lona, ex juez federal, fallecido el sábado pasado, será para siempre recordado como la pata civil salteña de la última dictadura militar. Se lo señalaba como encubridor del secuestro y desaparición del ex gobernador Miguel Ragone, de ser partícipe del homicidio de los once detenidos en la llamada Masacre de Palomitas, de no investigar otros muchos asesinatos cometidos por la dictadura y, según una resolución del Poder Judicial de la Nación del año 2003, se le imputaba la apropiación de una casa que había habitado una de las asesinadas en Palomitas.
Sin embargo, hay políticos salteños actuales que mostraron su dolor por la partida de Lona. Una vieja máxima periodística dice que es en las necrológicas donde se evidencian las relaciones del poder real. Y las participaciones por el fallecimiento del ex juez dieron mucha tela para cortar. Tanta, que desde agrupaciones de derechos humanos salieron a protestar.
Nora Leonard, integrante de la Asociación de Derechos Humanos Lucrecia Barquet, dijo que «quienes participaron la muerte» del ex juez «no les importa el genocidio».
En la lista, difundida por Nuevo Diario, figuran Juan Carlos Romero, Andrés Suriani, el ex gobernador Hernán Cornejo, el ex diputado nacional Carlos Saravia Day, el Club 20 de Febrero, Ernesto Solá, el Circulo de Oficiales retirados de las Fuerzas Armadas, Guillermo Posadas, Ricardo Toranzos, Pablo Mariño, Agustín Usandivaras, Ricardo Casali Rey, Horacio Patrón Costas, Gustavo Rovaletti, Manuel López Sanabria, entre otros.
«No me alegra la muerte de nadie. Yo hubiera querido que dijera todo lo que sabía, porque era una persona que tenía un contacto muy estrecho con las fuerzas represivas. Sin embargo, convalidó todas las violaciones a los derechos humanos que hubo en Salta», dijo Leonard en FM Aries.
La representante también recordó que durante la dictadura «los familiares que iban desesperados, presentaban un recurso de amparo, y resulta que él los hacía un bollo y los tiraba en el canasto de la basura, delante de sus familiares».
«El convalidó todas las aberraciones que se hicieron con la Masacre de Palomitas, con compañeros y compañeras que dependían de él. Tendría que haber renunciado y no avalar semejante masacre. Lo mismo pasó con Ragone en la época en que es secuestrado. Inmediatamente cierra la causa, no investiga nada, con otros familiares también o detenidos que denunciaban torturas», siguió.
Leonard dijo que en la Argentina «hay una cantidad de gente que avaló la dictadura, que tenía poder y que podría haber hecho algo, y eso es lo agraviante, porque no solamente son los que mataron sino los que miraron para otro lado y convalidaron eso».
Según su análisis, «si nosotros defendemos la justicia, no podemos avalar semejante cosa, lo que hizo, lo que convalidó, lo que encubrió. Es lamentable, pero esto es Salta. Muchísima gente fue a la sala de los juicios para defenderlo a Lona. En ningún otro caso de los genocidas hubo gente que estuviera ahí para defenderlo».
