miércoles 30 de abril de 2025
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Motosierra al conocimiento | Recortes y subejecución de fondos paralizan el sistema científico argentino

 La Agencia I+D+i redujo drásticamente la ejecución de fondos para ciencia y tecnología en 2024, pasando de 52,9 millones de dólares en 2023 a apenas 13,2 millones este año. Más de 2000 científicos denunciaron ante el BID la disfuncionalidad del organismo y la falta de transparencia en el manejo de los recursos.

El sistema científico argentino enfrenta una crisis sin precedentes debido a la drástica reducción en la ejecución de fondos destinados a investigación y desarrollo. Según datos proporcionados por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), los pagos mensuales pasaron de un promedio de 4,9 millones de dólares en el último semestre de 2023 a apenas 1,1 millones en 2024. Esto representa una caída de 52,9 millones de dólares ejecutados el año pasado a solo 13,2 millones en lo que va de este año.

La situación ha generado una ola de reclamos por parte de la comunidad científica. Más de 2000 investigadores, agrupados en la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (Raicyt), presentaron una denuncia formal ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), principal fuente de financiamiento externo para la ciencia en Argentina. En el documento, advierten sobre la subejecución de presupuestos y la falta de transparencia en el manejo de los fondos, que ascienden a millones de dólares provenientes de créditos internacionales.

Uno de los puntos más críticos es la disfuncionalidad de la Agencia I+D+i. Durante 2024, el organismo operó sin un directorio completo y con frecuentes cambios en su presidencia, lo que generó retrasos en la adjudicación de proyectos y pagos. “El financiamiento externo consignado en el presupuesto vigente para 2023 y 2024 fue idéntico en pesos, pero el congelamiento y la devaluación prácticamente paralizaron el sistema científico”, explicó Martín Rumbo, investigador del Conicet y coordinador de la Raicyt.

La paralización también se refleja en la adjudicación de proyectos. Mientras que en 2021 y 2022 se aprobaron alrededor de 2000 nuevos instrumentos de financiación, en 2024 este número fue prácticamente cero. Además, la convocatoria 2023 para los Proyectos de Investigación en Ciencia y Tecnología (PICT) fue prorrogada seis veces, lo que implica una suspensión de más de un año en la puesta en marcha de iniciativas clave para el desarrollo científico del país.

Desde el Gobierno, las respuestas han sido ambiguas. Aunque reconocen que los fondos están disponibles, sostienen que su ejecución depende de “líneas de financiamiento vigente y en evaluación”. Sin embargo, científicos y becarios denuncian que no hay claridad sobre el destino de los recursos. “No tenemos forma de reclamar nada. Sabemos que a los trabajadores administrativos de la Agencia les prohibieron responder reclamos”, afirmó una becaria que prefirió mantener su identidad en reserva.

El futuro del sistema científico argentino es incierto. Con proyectos estratégicos como el Plan Satelital y el Nuclear también afectados por recortes, la comunidad científica teme que la falta de inversión y transparencia termine por desmantelar una estructura que, hasta hace poco, era considerada una de las más sólidas de la región. “No sabemos qué va a pasar con este programa a futuro”, alertó Gonzalo Sanz Cerbino, secretario adjunto de ATE Conicet.

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