La caída del poder adquisitivo redujo el consumo interno a 47,8 kilos por habitante al año, el menor registro desde 1995. En contraste, las exportaciones de carne alcanzaron un máximo histórico en 2024, impulsadas por la demanda externa.
El consumo de carne vacuna en Argentina registró su nivel más bajo en tres décadas, según datos de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA). En enero de 2025, el consumo aparente por habitante fue de 47 kilos al año, un 3,2% menos que en el mismo mes de 2024. Esta cifra refleja una disminución de 1,5 kilos por persona en comparación con el año anterior, evidenciando el deterioro del poder adquisitivo de los argentinos.
El panorama se agrava al analizar el promedio móvil de los últimos doce meses (febrero 2024-enero 2025), donde el consumo por habitante se ubicó en 47,8 kilos al año, un 8,1% inferior al registrado en el mismo período anterior. Esto significa que los argentinos consumieron 4,2 kilos menos de carne vacuna que hace un año, consolidando el peor dato desde 1995. La caída en el consumo interno contrasta con un excedente de producción destinado al mercado exterior.
En paralelo, la producción de carne vacuna en enero de 2025 fue de 263.800 toneladas res con hueso, un 1,5% menor que en el mismo mes de 2024. Desde la CICCRA explicaron que la menor cantidad de cabezas faenadas fue parcialmente compensada por un aumento en el peso promedio de los animales. No obstante, en términos absolutos, la oferta de carne se redujo en casi 4.000 toneladas en los últimos doce meses.
Mientras el consumo interno se contrae, las exportaciones de carne vacuna alcanzaron un récord histórico en 2024, con 629.949 toneladas peso producto, un 11,8% más que en 2023. Aunque el precio promedio por tonelada cayó un 2,9%, el aumento en los volúmenes exportados compensó esta disminución. China, principal destino de las exportaciones, fue clave en esta dinámica, a pesar de haber pagado precios más bajos.