Tras las elecciones de mayo arribaron a la cámara baja 30 legisladores que juraron el viernes. El peso del oficialismo se mantiene, la fragmentación opositora también y la sorpresa la dio el PJ. En un bloque concentró 29 legisladores: el 50% del cuerpo.
Tras la jura de los nuevos diputados el pasado viernes, la cámara baja provincial entró en ebullición. Ocurre cada dos años cuando se eligen las autoridades y se rearman los bloques políticos. Es lo que está ocurriendo por estos días y los datos que llegan a la redacción de este medio ya permite pincelar con cierta precisión el escenario.
Lo primero a destacar es la innegable hegemonía del oficialismo provincial liderado por el gobernador Gustavo Sáenz. En sólo dos bloques saencistas químicamente puros (el Justicialista Gustavo Sáenz Conducción y Salta tiene Futuro) hay 40 legisladores; es decir el 66% del cuerpo. Si a ellos se le suman los bloques entre aliados y amigables (Más Salta con 5; Todos con 3; Unión Salteña 2; René Favoloro 1; Memoria y Movilizacion 1) la cifra llega a 52 de 60 diputados.
Lo contracara es la raquítica musculatura de la oposición que quedará reducida a Salta Independiente (2), PRO (2), Ahora Patria (2), eventualmente Gustavo Orozco y un sub bloque de la UCR (1) con lo cual, en el mejor de los casos hablamos de 8 legisladores que difícilmente actúen como un interbloque para lo que se viene.
En ese escenario, lo único novedoso es el número que concentraron quienes se proclamaron Justicialistas. Y es que el mismo concentró 29 miembros que será presidido Germán Ralle de Güemes, mientras la vicepresidencia será ocupada por Patricia Hucena de Oran. Sin olvidar que de ese bloque también es la principal autoridad del cuerpo: Esteban Amat que mantuvo la presidencia y proviene de La Viña.
Lo último también debe destacarse. Muestra el peso del justicialismo en el interior provincial, aunque a ello deba sumársele ahora la buena elección realizada por el partido en la capital provincial en las elecciones de mayo cuando la fórmula encabezada por Juan Esteban consiguió lo que hacía tiempo no ocurría: que el partido consiguiera dos bancas tras años de cosecha magra.