Una encuesta de la Universidad de San Andrés arrojó un empate técnico entre los que están a favor y en contra de la iniciativa. En el norte del país y entre las personas con menor grado de instrucción se impone el no.
A menos de una semana que el Senado trate en el recinto el proyecto de legalización del aborto que ya obtuvo media sanción de los diputados y mientras crecen las especulaciones sobre el resultado de la votación; la opinión pública muestra un clima de paridad.
La encuesta elaborada por la Universidad de San Andrés y que hoy publican medios como Infobae muestra que el 45% de los entrevistados tiene una opinión favorable; un 36% está muy en desacuerdo y un 13% en algo en desacuerdo sumando un 49% contra el proyecto. «Sumando ambos grupos y considerando el margen de error (±3.15%) se trata de un empate técnico», expresa el informe.
Las muestras se realizaron entre el 7 y el 18 de julio y los consultados fueron 1.001 adultos de entre 18 y 64 años conectados a Internet en todo el país. Los encuestadores precisaron cómo las opiniones varían según el factor socio-económico: los sectores más acomodados tienen posiciones más favorables a la ley mientras en los estratos más bajos el rechazo es mayor.
En el plano geográfico también se traslucen diferencias. El respaldo al aborto legal es mayor en la Ciudad de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Patagonia mientras que en Cuyo y el norte argentino se impone la negativa. En relación a la edad, los más jóvenes y los de mayor edad tienen posiciones favorables, mientras que los de mediana edad (35-44 y 45-54) tienden a tener posiciones desfavorables.
Además, «el nivel de educación de los entrevistados correlaciona positivamente con las opiniones en favor de la LIVE: a mayor nivel de educación, mayor es la proporción de opiniones favorables», señala el documento. La variable que mayor correlación presenta es la creencia en Dios y la práctica religiosa. «El 72% de los no creyentes está a favor de la LIVE. Entre los creyentes existe una diferencia significativa dependiendo el nivel de práctica religiosa. Así los que se consideran muy religiosos están en un 75% en contra», indica el informe de Udesa.