Yolanda Vega dijo que una alergia la tiene a maltraer desde hace una semana. A pesar de que se sabía que la votación iba a ser a las 15, la legisladora aseguró que desconocía el horario y que en ese momento era atendida por una médica del Congreso.
Ni los millones de pesos de salario que recibe todos los meses, ni el compromiso que había asumido con sus votantes y con el sector educativo pudieron más que una alergia primaveral que Yolanda Vega arrastraba hace una semana. Pero justo, justo, justo, la diputada nacional no pudo aguantar más al momento de la votación. A pesar de que estaba en el Congreso y de que había prometido votar en contra del veto de Javier Milei al financiamiento universitario, la salteña se ausentó y contribuyó al triunfo libertario.
«Soy alérgica y estoy sufriendo el cambio climático», dijo Vega horas después de la votación, cuando el adjetivo de «traidora» era el más suave que se adjuntaba a su nombre en las redes sociales. «Hoy debería estar internada», decía.
Según informó FM Aries, la diputada salteña, de quien se esperaba que votara en contra del veto de Milei, dijo que no pudo estar en el inicio de la sesión de este miércoles «porque estaba descompuesta, con mareos y vómitos».
«Ingresé alrededor de las 12.30 y estuve más de una hora sentada. Pero la congestión y el frío del aire acondicionado me hicieron sentir peor. Me faltó el aire y me puse morada y fría», dijo, y relató que se levantó de su banca se retiró para recibir asistencia médica.
«Me hicieron una asistencia respiratoria porque se me cerró la garganta. Ya llevaba más de una semana con antibióticos y no pude resistir el clima tan frío del lugar», agregó.
«Nunca pensé que la votación se haría tan rápido. Estaba con la doctora cuando comenzaron, y no pude regresar a tiempo», dijo, a pesar de que se sabía que la votación se realizaría a las 15. Lo sabían los periodistas, lo sabían sus colegas del recinto. ¿Ella no lo sabía? ¿No lo sabían sus asesores? Las excusas están a la orden del día.
