La esposa y sus tres hijos están imputados por el hecho ocurrido en el norte de Salta el pasado 11 de octubre. Aducen que querían evitar que el padre fuera cremado. Medios nacionales, como Clarín, se detuvieron en el hecho.
El fiscal penal 2 de Tartagal, José Rafael Medina, imputó a la esposa, dos hijas, un hijo y un yerno de Ramón Juárez (69), fallecido en el hospital Juan Domingo Perón por los delitos de hurto y violación de medidas sanitarias contra una epidemia.
El hecho ocurrió el pasado 11 de octubre, en la ciudad de Tartagal, a 365 kilómetros al norte de la capital salteña, donde los familiares del fallecido ingresaron en forma violenta a la morgue del hospital y retiraron el cuerpo sin permiso en un vehículo particular para realizar un velatorio en su domicilio. En un video que se viralizó se ve cómo el grupo de personas se desespera para subir al cuerpo en la caja de una camioneta, para luego retirarse rápidamente del lugar.
La víctima sufría de problemas cardíacos y comenzó a sentirse mal. Tras ser atendido de urgencia e internado le dieron de alta al día siguiente y lo volvieron a llevar a aquel hospital donde finalmente falleció.
«Tuvimos que sacar a mi papá porque nos amenazaron con que lo iban a cremar. Años trabajó mi papá para que yo lo saque de la morgue», declaró unas de las hijas a la prensa salteña. «Son todos delincuentes. Lo tuve que traer a mi casa para poder velarlo. Sólo le pedía al médico cinco minutos nada más. No me escucharon, le hablé, le rogué como hija», continuó su relato.
Y siguió: «Mi papá no es un perro para que lo quemen. Él ingresó porque tenía arritmia en el corazón. Mi papá no tenía COVID-19, murió de un paro respiratorio». La denuncia fue radicada por el gerente del hospital y, por voluntad de las partes, la causa se encuentra en proceso de mediación.