Franco Hessling dijo que la situación de oficio no escapa a las características de la sociedad actual. Agregó que hay que trabajar para que las audiencias no crean que la forma de comunicar de hoy es la manera correcta de hacerlo.
Franco Hessling es licenciado en Ciencias de la Comunicación, profesor universitario y periodista. En el programa Cuarto Oscuro, de FM La Plaza, analizó la situación actual del periodismo, que hoy es cuestionado por el gobierno de Javier Milei y puesto en duda por las audiencias en general.
Hessling intentó responder una pregunta que se le hizo desde el programa: ¿El periodismo está en su peor momento? Al respecto, declaró: «Esa pregunta cabe para casi todas las profesiones. Mirá lo que pasa en el IPS y los médicos. Es una decadencia humana en general, y el periodismo, en esa cartera de profesiones liberales, es un síntoma más de esa decadencia».
Para Hessling, «hay una tergiversación de lo que es el buen periodismo y los valores del buen periodismo». «Creo que es una cuestión sintomática de época en general. El periodista que hace periodismo político es un lazarillo en el mejor de los casos. En el peor es un periodista faldero», siguió, y agregó que es común que un comunicador «si hay que decir que hay que matar a los jubilados», lo diga. «Pero si no son buenas las repercusiones dice que no quiso decir eso», siguió.
A la hora de analizar si el periodismo es parte de «la casta» a la que dice combatir Javier Milei, Hessling consideró que «hay figuras mediáticas, no les diría periodistas, que son parte».
«Me parece que ‘los periodistas’ y el periodismo en general, no son parte. Y eso molesta. Hay expresiones bien concretas de persecución que tienen que ver con que cuando está bien hecho es un periodismo que tiene que incomodar. Entonces no es casual que sean esos poderes los que ataquen al periodismo. Lo novedoso no es eso sino el tipo de reacción, que ya es violenta. Eso muestra la estatura intelectual y política de los dirigentes. Hay un ataque frontal que hace que se legitimen cuestiones como la violencia física directamente. Pasa en otros países, como Rusia, donde los encarcelan, o México, donde los cagan a tiros», analizó.
Hessling insistió en que «el buen periodismo debe incomodar» e hizo una autocrítica. «Hace un montón que los periodistas no estamos en el lugar de los hechos. Cada vez menos. Está bien, no tenemos recursos, nos cuesta, pero hay que volver a las prácticas canónicas y aunque sea de a poquito, acostumbrar a las audiencias a que eso es el periodismo», dijo.