Fue durante una prueba hidráulica. El gobierno y las empresas habían celebrado la construcción de los primeros 100 kilómetros hace menos de 15 días. «No lo vamos a terminar nunca más», dijeron desde la obra a medios nacionales.
El gasoducto norte fue planificado originalmente para importar gas de Bolivia, pero el declive de la producción hidrocarburífera boliviana y el boom de Vaca Muerta urgieron a revertir la dirección del flujo gasífero para asegurar el abastecimiento de gas a varias provincias del Norte Grande, entre ellas Salta; y a la vez exportar gas al corazón industrial de Brasil.
La obra estuvo a punto de concluirse durante la gestión de Sergio Massa en el ministerio de economía, pero se frenó cuando asumió el gobierno de Milei. “Pasado más de un semestre, el nuevo proceso tiene uno de los tramos con obras iniciadas y otro con la adjudicación resuelta recién a comienzos de mayo pasado. Las empresas adjudicatarias para el primer tramo fueron Techint y Sacde, con la ambición de repetir el esquema exitoso que resultó de la construcción del Gasoducto Nestro Kirchner” destacó el sitio LPO.
Desde las empresas explican que los retrasos en la ejecución del proyecto se explican en la ineficiencia de Enarsa. «No realizan los controles de calidad y después pasan estas cosas», dijeron desde una de las compañías.
El proyecto original consta de tres obras diferentes, una de las cuales es la construcción del tendido de 123 kilómetros entre Tío Pujio y La Carlota. Las restantes son la ampliación de 62 kilómetros del Gasoducto Juana Azurduy y la reversión del sentido de inyección de gas en las plantas compresoras de Ferreyra y Deán Funes, Lavalle en Santiago del Estero y Lumbreras en Salta. Se estimaba para la finalización de la obra, un plazo de 5 meses de los cuales ya pasaron más de 6.