martes 21 de enero de 2025
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“Armó una guerra de guerrillas por orden de San Martín” | Alberto Fernández volvió a reivindicar a Güemes en Tucumán

Fue en el acto por los 205 años de la Declaración de la Independencia en la vecina provincia. En su discurso, el presidente cometió un yerro al hablar del papel de Macacha Güemes, la hermana del Héroe Gaucho.

Ayer viernes, el presidente Alberto Fernández estuvo en la provincia de Tucumán para el acto en conmemoración del Día de la Independencia. En su discurso, se refirió al contexto actual y vaticinó un próximo 9 de julio con celebraciones “en las calles”.

En una parte de su discurso, hizo mención al rol clave que tuvieron patriotas como Manuel Belgrano, José de San Martín y Martín Miguel de Güemes en el proceso. Sobre el salteño dijo lo siguiente: “Armó una suerte de guerra de guerrillas por orden de San Martín. Lo hizo acompañado por una mujer, por varias. Macacha Güemes, su esposa, pero también por una mujer emblemática para la libertad de América Latina: Juana Azurduy”, expresó.

Allí estuvo el yerro, en tanto Magdalena Dámasa Güemes de Tejada, conocida como Macacha, era hermana del prócer; aunque efectivamente fue una de las grandes mujeres de la independencia de Argentina y de la provincia de Salta.

Macacha nació el 11 de septiembre de 1787 y se hizo famosa por compartir con Martín Miguel el manejo político de la ciudad de Salta durante los años de la revolución. Se destacó haciendo aportes en dinero o como improvisada enfermera en los campos de batalla. Asumió también arriesgadas tareas de espionaje para obtener información para el ejército patriota, sobre todo después de la derrota de Huaiqui, cuando los realistas invadieron la ciudad de Salta, hecho que se repetiría en ocho oportunidades entre 1814 y 1821.

En marzo de 1813, su esposo el capitán Tejada, fue hecho prisionero por los realistas en Potosí, donde permaneció cautivo durante un año hasta que logró huir y volver a su hogar. En adelante combatirá en el ejército de Vanguardia que comandaba su cuñado. Macacha visitaba los campamentos, hacia ropa y recorría las tropas a caballo arengándolas.

Enérgica y generosa, cuando su hermano fue encumbrado en la gobernación de la provincia, el 5 de mayo de 1815, actúa como verdadero Ministro sin cartera en quien el caudillo deposita toda su confianza y a quien consultara en los momentos más difíciles de su gestión.

En 1816, Macacha apareció como mediadora en uno de los conflictos más graves de su hermano: el General Rondeau, por considerar que prohijaban el “relajamiento y la disciplina” de la tropa separó al caudillo. Güemes, seguro de que la derrota de las fuerzas patriotas era inminente y decidido a defender Salta del inevitable avance realista, se apoderó de quinientos fusiles del Parque de Reserva del Ejército para armar sus partidas. El desastre de Sipe Sipe, de noviembre de 1815, le dio la razón. Rondeau se replegó e intimó al gobernador a que acatase su autoridad, devolviera las armas e incorporase sus hombres al ejército regular. La negativa de Güemes llevó a la lucha civil. El 13 de marzo de 1816, tres mil quinientos soldados veteranos tomaron la ciudad de Salta pero tres días después, aislados, buscaron refugio en la hacienda de Tejada, el esposo de Macacha. Derrotado en su táctica ofensiva, Rondeau recurrió a la intervención de Apolinario de Figueroa quien, gracias a la habilidad y talento político de Macacha, consiguió una entrevista con Güemes. De esta manera se firmó la paz de los Cerrillos, el 22 de marzo de 1816. Rondeau volvió a Jujuy y Güemes, con el apoyo de Macacha, quedó al frente de la provincia.

Con la independencia, el caudillo recibió todo el respaldo de Pueyrredón y San Martín. Ella continuó como consejera de su hermano que por entonces gobernaba con puño de acero ante la permanente ofensiva realista. Su misión era cuidar la frontera norte, mientras San Martín iniciaba su expedición libertadora desde Mendoza.

Tras años de guerra, la provincia estaba virtualmente “arruinada”, la asistencia del gobierno central era casi nula. Güemes debió recurrir a los altos impuestos, actitud que le restó apoyo. En 1819, se produjo la primera conspiración a cargo de Facundo de Zuviría, la cual fue vencida por la eficaz política del caudillo. Macacha logró intermediar pues los conspiradores fueron hechos prisioneros: logró la benevolencia de su hermano salvándoles la vida. Macacha se convirtió así en un elemento de moderación de ese difícil periodo, pues a ella recurrían los perseguidos políticos en busca de asilo y clemencia.

En los primeros meses de 1819, el Congreso sancionó la primera Constitución, la cual fue apoyada por Güemes quien la aceptó a pesar de su carácter unitario, pues creía que sería un elemento esencial para lograr la unidad de las provincias. El cabildo salteño prestó juramento a dicha Constitución: los opositores se organizaron en un partido conocido como Patria Nueva, dominado por Zuviría, Juan Marcos Zorrilla, Damasco de Uriburu, Mariano Benitéz y José de Gurruchaga. José Ignacio Gorriti y Macacha, en respuesta, fundaron la Patria Vieja, rescatando la figura del Caudillo salteño.

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