Además de impuestos, el oligopolio tiene deudas con productores. Entre estos sobresalen empresarios de la pampa húmeda y del exterior que se enriquecen con los recursos naturales salteños. (D.A.)
Todos tienen algo para decir sobre el oligopolio intervenido por el gobierno nacional tras un proceso escandaloso que podemos resumir así: aportó 13 millones de pesos a la campaña presidencial 2019 de Macri, luego recibió créditos por casi 18 mil millones del gobierno del propio Macri para finalmente entrar en un proceso de convocatoria de acreedores que anunciaba que el dinero se fugaba entre las miles de cuevas fiscales que gigantes de este tipo montan en el planeta.
La inédita situación deslizó al periodista Juan Chiummiento a elaborar un mapa interactivo publicado en el diario El Litoral. Allí se incluyó la ubicación, la razón social y los montos a favor de los 2.638 acreedores de la cerealera intervenida. El mapeo incluía a los radicados en Salta: diez firmas que debidamente filtradas se reducen a ocho que suman un total de $3.578.924.
La cifra es irrisoria en relación al volumen de dinero que manejan oligopolios de ese tipo ramificados por todo el mundo, aunque el número y los actores involucrados dejan ver algo que los poderosos prefieren ocultar: la explotación de nuestros recursos naturales por grandes agentes económicos de la pampa húmeda y el extranjero.
Una breve digresión se impone. Servirá para resaltar que en el listado se encuentra la Dirección General de Rentas de la provincia a la que Vicentín adeuda $369.945. La misma aparece consignada en el mapa interactivo con el color amarillo que identifica las deudas impositivas y aduaneras del oligopolio. El monto supondría una bocanada de aire fresco a las alicaídas cuentas del fisco.
Hecho el rodeo, destacar que con una acreencia de $498.892 aparece también ARCAVI S.A.. La referencia también tiene una particularidad: el color que la distingue es el azul, que en el mapa de Chiummiento identifica a los acreedores que le vendían a Vicentín bienes y servicios. La información disponible en internet da cuenta que la firma platense se dedica a la venta por menor de materiales de la construcción, como así también a servicios de gestión y logística para el transporte de mercadería. Tiene asentado un domicilio en nuestra ciudad: Alsina 1100.
Los restantes acreedores se identifican con el pertinente color verde-soja. Son quienes vendían granos a Vicentín.
Los sojeros
Ente ellas figuran firmas radicadas en nuestra provincia, pero con raíces australianas. Es el caso de LIAG ARGENTINA S.A. a quien Vicentín adeuda $489.068. La cifra no es tan impresionante como la dimensión de esa firma agrícola-ganadera. Fundada en 1982 por la familia Kahlbetzer de origen australiano, produce soja, maíz, trigo, girasol, sorgo y se dedica al cultivo y procesamiento industrial de algodón. Tiene bajo su órbita las estancias “Las Balas” (Buenos Aires), “El Consuelo” (Córdoba) y “El Verano” (San Luis) totalizando unas 43.300 hectáreas. En Salta posee la “Finca Tolloche”, un campo de 40.000 hectáreas con alta tecnología para producir algodón y granos, contando además con una planta desmontadora de algodón. LIAG tiene su propia marca comercial “Tolloche Cotton” con la que abastece a la industria textil. Su oficina en la ciudad se ubica en calle Los Ciruelos 18 del Barrio Tres Cerritos.
De orígenes más telúricos es POCOY INTERNACIONAL S.R.L. Quienes saben, aseguran a CUARTO que la empresa es una de las grandes operadoras en la provincia. Sentó domicilio en calle Santiago del Estero 569 de nuestra ciudad y sus actividades incluyen la siembra de legumbres secas, trigo, maíz, soja, cría de ganado bovino y servicios de apoyo agrícolas.
No es el caso de LAGAR CONSIGNACIONES S.A. con una acreencia que araña el millón de pesos: $910.402. Posee dirección en nuestra ciudad – Vicente López 477, piso 2 departamento “C” – aunque la Persona Jurídica tiene asiento en Tucumán. Sus actividades incluyen la venta al por mayor de cereales y semillas que seguramente se producen en tierras salteñas para luego revenderlas a los grandes exportadores como la propia Vicentín.
El caso de CN AGRO S.A. resulta más interesante. No sólo por ser la segunda firma a la que Vicentín adeuda más dinero – $798.221 – sino por pincelar cómo una empresa que comenzó vendiendo combustible (CN son las siglas de Combustibles del Norte) a las unidades productivas agrícolas ganaderas, luego diversifica inversiones comprando granos a quienes lo producen para ellos revenderlos a los grandes exportadores. Eso no es todo: es prestadora de insumos y servicios para el campo, esta domiciliada en Avenida Chile 1275 de nuestra ciudad y su página web informa que cuentan con dos sucursales: una en Las Lajitas (Anta) y otra en Embarcación (San Martin).
Más modesta es la deuda de Vicentín con INICIO AGROPECUARIA S.A. cuya acreencia es de $270.588. La firma está radicada en la localidad de Rafaela – provincia de Santa Fe – y se dedicada a la producción de soja, maíz, trigo y la cría de ganado porcino. El mapa interactivo de Juan Chiummiento ubica un emprendimiento rural de la misma en Joaquín V. González – departamento de Anta – dato que es corroborado cuando se filtra la información de los 2638 acreedores por nacionalidad, provincia y ciudad.
Completa el listado SALTAGRO S.A., a la que Vicentín adeuda una especie de propina ganadera: $12.962. No obstante, la firma que incluye a cinco hermanos de la familia Colombo y sentó domicilio en Rivadavia 44 de nuestra ciudad aparece como bien pujante: se dedica a la enajenación de bienes muebles y muebles de cambio, cultivo de soja, maíz, trigo, cereales, legumbres frescas, cría de ganado bovino, engorde en corrales y también como prestadora de distintos servicios forestales.
Insistamos: la lista de acreedores “salteños” de Vicentín y los montos adeudados son insignificantes en comparación al total, aunque el proceso posee un alto valor analítico: evidenciar cómo las corporaciones respiran beneficios, se alimentan del dinero y para acceder al mismo recurren a mecanismos delictivos que desangran al país, afectan al medio ambiente y expulsa de sus tierras a pequeños productores. El saqueo incluye también mordisquear a otros empresarios cuyo deseo de emular al monstruo parece ser superior al dolor que le produce el mordiscón.