miércoles 15 de mayo de 2024
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Raro | Nueve policías salteños le dieron una paliza, él se niega a acusarlos

El caso ocurrió en 2020. Actualmente el damnificado está detenido por otro hecho. Durante el juicio contra los uniformados, evitó reconocerlos y dijo que todo quedó atrás. ¿Miedo a represalias?

Un caso muy extraño se desarrolla en este momento en los salones de la Justicia salteña, donde nueve policías están siendo juzgados por haberle dado una paliza a un joven salteño. Hasta ahí todo normal. La violencia policial es cotidiana en nuestra provincia. Lo raro es que la propia víctima pretende cerrar el asunto.

Según se informó desde la propia Justicia local, Aldo Daniel Chauque, Santiago Delfín Jonathan Alcoba, Leonardo Corrillo, María José Miranda, Juan Alfredo Guitián, Jorge Valdiviezo, Jorge Alberto Saracho Dermith, Álvaro Nicolás Guanca y Cristian Agustín Cruz son juzgados por los delitos de allanamiento ilegal de domicilio, vejaciones agravadas por la violencia y lesiones graves en concurso ideal todo en concurso real por un hecho sucedido el 19 de diciembre de 2020 en el barrio Bicentenario.

Chauque, Alcoba y Corrillo, fueron acusados también como autores del delito de falsedad ideológica.

Durante la primera jornada del juicio se tomó declaración a la víctima, quien lo hizo sin la presencia de los imputados. El hombre, que se encuentra actualmente detenido por otro hecho, no reconoció a ninguno de los nueve acusados. Al comenzar su declaración dijo que no quiere ocasionarles problemas a los policías, que sí pasó todo lo sucedido, pero quiere que sigan trabajando y con su vida. Agregó que lo pasado quedó atrás y que ya había terminado todo.

Sin embargo, la causa inició con la denuncia de la víctima, radicada el 21 de diciembre de 2020. Ese día contó que dos días antes salió de su casa en dirección a la de su amigo del barrio Bicentenario. Cuando iba caminando con otro joven un móvil policial frenó con cuatro policías y los empezaron a insultar. Dijo que ellos hicieron oídos sordos y siguieron caminando pero la policía los seguía molestando, hasta que en un momento su amigo les contestó que los dejen de molestar, y eso hizo que los policías se bajaran del móvil y lo siguieran.

Continuó su relato diciendo que él y su amigo se metieron a una casa de un amigo con autorización de los propietarios, ya que eran conocidos del barrio. Se quedaron allí esperando que el móvil policial se vaya.

Los policías empezaron a patear la puerta del domicilio, rompieron el vidrio y entraron contra la voluntad de la dueña de casa. Desde allí lo agarraron a él y lo tiraron al piso, lo esposaron y le comenzaron a pegar. La familia trataba que los policías se fueran pero éstos no hacían caso e insultaban a toda la familia de la casa. Agregó que en la vivienda había menores que tenían miedo.

Luego lo subieron al móvil policial y continuaron pegándole. Cuando llegaron a la comisaria lo metieron en un excusado, lo tiraron al piso y se sumaron más policías, entre 6 o 7 y comenzaron a patearlo entre todos. Dijo que lo patearon tan fuerte que le quebraron la mandíbula.

Con respecto a la fractura, la víctima aclaró en el juicio que quedó con problemas para abrir la boca, que siente que la mandíbula se le traba.

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