Carol Ramos, presidenta de la Cámara de Comerciantes Unidos de Salta, criticó la intervención del Sindicato de Empleados de Comercio y además expresó su molestia por las demandas salariales que los empleadores no pueden cumplir.
El debate sobre la implementación del horario corrido en los comercios genera tensiones entre los trabajadores y los propietarios, quienes argumentan que es el consumidor quien determina la demanda y, por lo tanto, los horarios de atención.
Ramos destacó que los diversos rubros dentro del comercio experimentan diferentes niveles de demanda por parte de los clientes, lo que dificulta la implementación de un horario corrido. Además, afirmó que el pedido por parte de los trabajadores aún no es formal y que los horarios son establecidos según la conveniencia y las necesidades de cada rubro, por lo que considera que los sindicatos no deberían interferir en esta cuestión.
La presidenta de la Cámara de Comerciantes Unidos de Salta comparó la situación con el hecho de que la niñera de sus hijos pretenda decidir en qué colegio deben estudiar, argumentando que los trabajadores «no deberían creerse socios» de los negocios, sino asumir su rol como empleados.
Ramos sostiene que el consumidor es quien tiene el poder de decisión y que los sindicatos y legisladores deben apoyar la producción en el comercio en lugar de intervenir en la determinación de los horarios, ya que la supervivencia de los comercios depende de la generación de ingresos.