La medida de fuerza, iniciada por sindicatos aceiteros, afecta a todas las plantas del país y frena la actividad exportadora de granos. Los trabajadores denuncian una respuesta patronal «insuficiente y provocadora» ante sus reclamos salariales.
Un paro nacional aceitero ha sacudido al sector agroindustrial argentino, paralizando las operaciones en todas las plantas del país. La Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de San Lorenzo iniciaron la medida tras el fracaso de las negociaciones salariales con las cámaras empresariales CIARA, CIAVEC y CARBIO.
Los sindicatos argumentan que la postura patronal refleja una «actitud especulativa» y falta de empatía hacia los trabajadores, en un contexto de crisis económica y alta inflación. Acusan al gobierno nacional de promover políticas que destruyen el poder adquisitivo de los salarios, mientras las empresas del sector han acumulado «ganancias extraordinarias durante décadas».
Por su parte, las cámaras empresariales CIARA y CEC califican el paro como «infundado» y aseguran haber ofrecido mantener el poder adquisitivo de los trabajadores frente a la inflación. Alegan que la industria aceitera atravesó en 2023 «el peor año de su historia» sin reducir la plantilla laboral, e instan a los sindicatos a retomar las negociaciones.
El conflicto ha generado un impacto significativo en la logística y el comercio exterior del país. La medida de fuerza afecta principalmente a las terminales portuarias del norte de Rosario, impidiendo el ingreso de aproximadamente 5.000 camiones y frenando las exportaciones de granos, un sector clave para la economía argentina.