Después de asumir, Cristina Fiore respondió las dudas que existían sobre una posible gestión que atente contra los derechos de las mujeres y las diversidades.
La llegada de Cristina Fiore al Ministerio de Educación de Salta trajo preocupación en sectores que defienden la Educación Sexual Integral y los derechos de las mujeres y las diversidades. La ex diputada nacional, muy ligada a la Iglesia Católica y ferviente militante en contra del aborto legal, podría ser un obstáculo para el desarrollo de las políticas de género. Sin embargo, tras asumir, la propia Fiore aseguró que eso no sucederá.
«No es secreto para nadie que soy católica, pero también soy ministra de Educación y tengo un profundo respeto por la institucionalidad y las leyes», dijo Fiore este lunes, tras asumir en el cargo. «Para mi la ESI es clave. La religión se vincula a mi vida, pero no puedo imponérsela a nadie», declaró.
Según informó CNN Salta, la flamante funcionaria analizó las pruebas Aprender de 2022 y consideró que «se ha hecho un muy buen trabajo». «Porque cifras que eran complicadas en función de la pandemia empezaron a mostrar notables mejoras», dijo.
«Uno de mis desafíos es que hay una diferencia enorme entre la educación pública y la privada. La privada está bastante mejor, entonces no puede existir igualdad de oportunidades si existe esta diferencia tan significativa», siguió Fiore.
«Por otra parte, los chicos que terminan la secundaria son la mitad. Ahí hay otro desafío. No puede ser que la mitad de los chicos abandone la educación secundaria. Quiero avanzar mucho con inglés y con la educación en finanzas», anticipó.
«Si bien es un tema la infraestructura y la paritaria docente. Nuestra prioridad tiene que ser la tasa de egreso», agregó.
