Un informe dio luz sobre lo que ya se sospechaba, aunque la realidad es más asquerosa que las suposiciones. Mercadería en mal estado y excremento de ratas fueron parte del coctel que terminó con centenares de indigestados.
Más de 450 personas, entre niños y adultos, terminaron abarrotando hospitales y salitas del norte salteño el 6 de enero pasado. Tras casi dos semanas, recién se conocen las verdaderas causas aunque ya se sospechaban. Sucedió en un comedor comunitario ubicado en el barrio de la Misión San Francisco, Picnahal. Ahí asistieron unas 800 personas y más de la mitad terminó con problemas estomacales luego de ingerir alimentos contaminados.
Según el informe oficial, elaborado por el Ministerio de Salud de la Provincia, al recorrer el comedor, hallaron «graves problemas edilicios y muy malas condiciones de higiene, tanto en los sanitarios como en las heladeras, freezers y en los espacios donde se elaboran los alimentos».
Además señalaron que «el comedor recibe donaciones de carne del frigorífico Bermejo y de alimentos del Movimiento Evita».
Las instalaciones «se encuentran en medio de un microbasural, la mercadería en un espacio que presenta el machimbre caído», detallaron. De los alimentos, consignaron que «muchos se encontraban vencidos y todo el espacio presentaba abundante materia fecal de ratas». Además, había muchos paquetes rotos o abiertos.
Ese día sirvieron leche chocolatada, arroz con salsa de carne, arroz con leche, pan dulce, garrapiñadas, budín, masas dulces y golosina. En el informe se describe que «cuando elaboraron la salsa de carne la misma tuvo una cocción de 45 minutos y la comida estuvo 2 horas antes de ser servida, sin refrigeración».