Lo hacen en Misión La Paz para controlar el derrumbe de los anillos que protegen a las comunidades de los desbordes del río: tumban árboles con el fin de frenar la correntada que golpea por debajo a la defensa que los protege de las aguas.
El drama provocado por la crecida del río Pilcomayo no termina. A más de un mes de comenzado, las nuevas crecidas amenazan a uno de los anillos que protege a Misión La Paz de los desbordes del río obligando a los pobladores y al municipio de Santa Victoria Este a denodados trabajos para evitarlo.
Mientras tanto, la provincia informó ayer que «estudian acciones de cooperación» con el gobierno de Paraguay para realizar trabajos conjuntos que frenen el desmoronamiento de la defensa de Misión La Paz que limita con el vecino país. “También se detectaron desmoronamientos en las defensas de Misión San Luis, por lo que en este caso se espera una resolución de la Comisión Trinacional del Río Pilcomayo” destacó la sección local del diario Página 12 que agrega lo siguiente: “El desmoronamiento de Misión La Paz se encontraba hasta ayer a 80 metros de la ruta provincial 54. De llegar hasta la vía, podría romper la ruta y volver a aislar a los habitantes de la zona”.
Para evitar esa situación, los pobladores voltean árboles con el fin de frenar la correntada que golpea por debajo a la defensa que los protege de las aguas, que ahora se encuentran en bajante pero no dejan de asediar a las comunidades. Una solución posible es que dos máquinas de tipo anfibio (excavadoras que pueden trabajar en niveles bajos de agua) draguen y canalicen parte del terreno para que el río pueda pasar sin erosionar la defensa.
“La solución, que parece simple, se complica por la cuestión de los límites internacionales. No se puede ingresar una máquina argentina al suelo paraguayo, y viceversa. Por eso se está a la espera de la autorización para hacer estos trabajos” destaca el medio ya citado.