El salteño pidió diferenciar despenalización de legalización. Finalmente no apoyó el proyecto de ley.
Miguel Nanni abrió el paraguas partidario antes de votar en contra del proyecto que apoya la UCR que él preside en Salta. A las 5.35 de la mañana del jueves, el salteño también intentó unir posturas.
«Se nos ha puesto en la tarea de resolver un dilema moral muy grande. Estamos enfrentando este debate entre dos derechos, pareciese, en pugna. Por un lado, el derecho a la vida. Y en tensión con este derecho, el derecho a las libertades individuales de la mujer. Yo creo que ha sido un error plantear este debate en esos términos y en ese plano. Creo que hoy tenemos la tarea de acortar distancias en estas tensiones y tratar de compatibilizar estos derechos. La despenalización del aborto nos ha despertado profundas divisiones. Hemos encarado este tema con profundas miradas. Prueba de ello es que acá afuera hay manifestaciones de un lado y del otro», comenzó.
Sin verdades absolutas
Nanni, quien consideró que los diputados «por primera vez» redimen una ley por sus «sensibilidades» y no por colores partidarios, dijo que «nadie en esto puede decir que tiene una verdad absoluta».
«Acá se han metido cosas en la bolsa que nada han tenido que ver -siguió-. No podemos catalogar a una persona de asesina o irracional porque piense que la salida a esta situación es la despenalización del aborto. Tampoco podemos catalogar a una persona de arcaica porque piense que la salida no es la despenalización. Pareciese que si uno se inclina por el ‘no’ a esta ley es como si hubiese también renunciado a todas las luchas del pasado. Y lo digo yo, que pertenezco a una fuerza política que en momentos más complejos apoyó el divorcio, el matrimonio igualitario, la paridad de género. Este es un caso muy distinto. Que hoy yo tenga esa mirada distinta no implica que quiera renunciar a todos esos derechos y a todas esas luchas».
La situación en Salta
«En mi provincia queremos pasar de que nunca fuimos capaces de tener la calidad educativa en materia de educación sexual de excelencia, o mínimos parámetros, a pasar sin una escala intermedia a querer legalizar irrestrictamente el aborto«, consideró Nanni.
«Aquí es donde hay una diferencia que quizás no la estamos viendo y no la podemos pasar por alto. Acá hay un péndulo de un dictamen que va por todo, que quiere despenalizar irrestrictamente el aborto, y ante eso muchos opinamos que hay que rechazar. En el medio había una sutil diferencia que no es semántica: una cosa es despenalizar el aborto y otra cosa es legalizar el aborto. Una cosa es no tratar a la mujer como delincuenta y otra muy distinta es que el Estado se prive de tratar de disuadir a esa mujer. Una cosa es despenalizar en casos puntuales el aborto y otra cosa es abrirlo irrestrictamente», finalizó.