Cristian Oviedo había llegado a nuestra provincia con su pareja. No tuvo inconvenientes hasta que fue cazado en medio de las protestas sociales.
Lo ocurrido con Cristian Oviedo muestra el nivel de persecución y represión que se vivió en Jujuy en los últimos días. Para este turista marplatense que vive en la Ciudad de Buenos Aires, un paseo turístico de fin de semana largo se convirtió en algo similar a lo que había visto en videos de la dictadura militar.
En una entrevista en Tiempo Argentino, Cristian relató que todo estuvo bien mientras se mantuvo en Salta. Nuestra provincia fue el primer destino que eligió para este viaje en el que lo acompañaba Nahuel, su pareja.
«El sábado cuando nos levantamos, desayunamos, empezamos el viaje rumbo a Jujuy, y en la ruta 9 nos encontramos con una fila muy extensa de autos, no sabíamos qué sucedía. En ese momento pienso que había un accidente y habían cortado las rutas. Empiezan a pasar policías, ambulancias, cuando nos aproximamos más adelante estábamos a siete autos de una protesta de pueblos originarios, después me termino enterando que fue por una reforma constitucional en la provincia que los afecta a ellos, y también docentes, que marchaban por aumentos salariales», relató Cristian.
«Ahí me bajo, empiezo a escuchar entre otros turistas que se rumoreaba que la policía iba a empezar a reprimir, que iban a empezar a tirar piedras, me asusto por nosotros y por el auto, que no era de nosotros. Le digo a mi novio: ‘Nahu voy a ver si se va a solucionar o si pegamos la vuelta a San Salvador», siguió.
«Cuando me bajo, voy para donde estaba todo el reclamo con la gente y la policía. Me agarran sin decirme absolutamente nada. Ni siquiera estaba participando de la marcha o del corte. Acababa de bajarme del auto. Me agarran entre dos policías, me suben a un camión de la policía, lo único que escuché en ese griterío, con la fuerza de los policías que no me dejaba hacer nada, fue a una abogada que me decía ‘decime tu nombre y apellido’, yo gritaba ¡Soy turista!. Cuando digo mi nombre y apellido me tapan la boca y me meten para adentro del camión, y cierran la tela», agregó.
Tiempo Argentino agregó que Cristian fue subido a un camión de brigada. Lo llevaban agarrado entre dos policías. «Uno ahorcándome de arriba y el otro me tenía las piernas. Les preguntaba adónde me llevaba. Les decía que era turista, que no entendía porqué estaba ahí. Otro me decía: ‘te lo advertí, ahora callate’».
«Yo no paraba de llorar, en situación de crisis y angustia total, no entendía qué estaba sucediendo. Me toman mis datos dos policías, ahí se bajan más personas en mi misma situación», siguió.
«Le mando ubicación y mensaje a mi novio, pero por las dudas delante de los policías dije que era mi hermano. Pensé ‘estos retrógrados si digo ‘mi novio’ me van a tratar peor. Ya arriba del camión pensaba que era un secuestro. No viví la dictadura pero todo lo que sufrí ahí me hizo revivir esas situaciones en los videos que vi de la dictadura, que te agarraban por cualquier cosa, reviví en carne propia esos momentos», dijo.
«Cuando llegamos a Alto Comedero viene un policía de civil, me fuerza las manos y me las pone atrás, como un delincuente. Me lleva y me secuestran todas las cosas. Preguntaba a los policías de qué me acusaban y nadie me respondía. Solo me decían ‘tenés que esperar'», agregó.
«Espero 25 minutos hasta que viene un testigo que caminaba por ahí afuera, y firma lo que me habían secuestrado, sin ver nada. Solo le ponen el acta y el testigo firma. Veo que todas mis cosas quedan dentro de esa bolsa con el acta, pero mi celular se lo llevan a otro lado. Viene el director de Alto Comedero, se presenta y dice que a partir de ese momento quedo privado de la libertad, yo y el resto del grupo, que éramos 13. Que quedábamos a cargo de ese servicio, y que si alguno tenía algún acto de rebeldía o no éramos respetuosos con el personal de penitenciaría, automáticamente él daba la orden de llevarnos a otro servicio de mayor seguridad donde la íbamos a pasar peor», siguió.
«Me acuesto, no paraba de llorar. Y aparece Eva Arroyo, de H.I.J.O.S. de Jujuy. Fue la persona que me contuvo en un primer momento. Me dice que había hablado con Nahuel que estaba en la puerta. ‘Vos no tenés nada que ver, es este gobierno, quedate tranquilo, estamos trabajando’, me dice. Y me presenta a la doctora Alejandra Cejas, quien me está representando», siguió el relato.
«La pasé horrible. No pude dormir, no paraba de llorar, muerto de frío, espantoso. Eva Arroyo aparece y pide que no nos mezclaran con el resto de la población penitenciaria. Después entonces nos trasladan de ese galpón helado a la escuela del servicio, ahí nos dividieron en dos aulas», dijo Cristian, que pasó allí la noche y fue liberado a las 19 del domingo, no sin antes haber sido amenazado en más de una oportunidad por los efectivos y autoridades policiales y judiciales de Jujuy.
«La reflexión se resume en una palabra: dictadura. No lo puedo explicar de otra manera. Gente que estaba protestando y pidiendo por lo que le corresponde. Y la respuesta es agarrar a una persona, privarla de su libertad sin motivo ni causa. Es lo que sucedía en esos tiempos», finalizó, y agregó: «No pudimos conocer Jujuy, lo único que conocí de Jujuy fue el servicio penitenciario».