La industria está parada hace 40 días y el stock es casi nulo. En Salta se venden cajas contrabandeadas entre los 200 y 400 pesos según las marcas y los lugares de venta. El Estado también pierde ya que el 80% de venta al público corresponde a impuestos.
Encontrar un paquete de cigarrillos es una odisea, pero hallar marcas o tipos específicos es directamente una misión imposible. En provincias como Salta ya no quedan y a esa situación se le sumó la venta de productos contrabandeados y la especulación en los precios: un Hills que antes de la cuarentena costaba 60 pesos ahora se vende hasta en 200; mientras un “Philip Morris paraguayo” (tal como lo ofrece un kiosquero) puede venderse hasta en 300 pesos, cuando antes del asilamiento directamente no existía entre los fumadores salteños que cuando encuentran un “Philip” nacional deben pagar casi 400 pesos lo que el 1 de marzo costaba 120.
Desde la industria tabacalera explicaron que la falta de cigarrillos se debe a que las empresas no producen desde el 20 de marzo, cuando comenzó la cuarentena. “Hasta ahora se vino distribuyendo lo que estaba estoqueado, pero las firmas ya no cuentan con stock y tampoco queda producto en la calle”, indicaron fuentes del sector.
Hace tres semanas la Cámara de la industria del Tabaco (CIT) le envió una carta al Gobierno en donde alertó por los faltantes y solicitó la reanudación de la producción. Calculan que cerca de un millón de personas viven de la actividad, desde la fase primaria hasta el último eslabón comercial. La producción primaria fue una de las actividades exceptuadas, siendo Jujuy, Salta y Misiones las provincias más fuertes. Para seguir este camino, la industria presentó protocolos de seguridad que incluyen: personal mínimo para desarrollar las tareas, transporte privado para los 600 empleados que deberán movilizarse y división en distintos turnos para evitar aglomeraciones.
Desde el sector industrial estiman que la venta de cigarrillos representa hasta el 50% de la facturación en 100 mil comercios del país, porcentaje que creció al 80% por la cuarentena. Además, aseguran que por cada día que no operan las tabacaleras, se pierden 700 millones de pesos en recaudación para el Estado, dado que el 80% de venta al público corresponde a impuestos. Por otro lado, consideran que fomenta el comercio ilegal de cigarrillos, con contrabando y falsificación.