Lo indica una encuesta de la Consultora WE, dirigida por Benjamín Gebhard. Entre las preocupaciones más terrenales se hallan el temor a que el sistema de salud colapse y el deseo de que el gobierno se ocupe de los problemas económicos.
La ficha técnica del trabajo indica que las muestras se recabaron entre los días 2 y 4 de junio de manera presencial y una de las preguntas realizadas fue la siguiente: “Los resultados que tiene Salta en el control del COVID 19 ¿son principalmente gracias a…? Lo entrevistados se dividieron en tres tercios siendo levemente mayoría quienes optaron por “Dios y la suerte” con 32,3% que resultó de la suma de los 22,3% que optaron por dios y el 10% que lo atribuyó todo a la suerte.
Un 31,3% de los encuestados optó por atribuir la actual situación a las políticas públicas desplegadas y 30,2% al correcto comportamiento de los salteños al acatar el Aislamiento Social Obligatorio. Lo último se corresponde en líneas generales con otros de los resultados del muestreo que al indagar si los salteños fueron responsablemente con la cuarentena, el 37,3% dijo que sí contra el 59,4% que dijo que no.
Un párrafo especial merece el gráfico que da cuenta de las principales preocupaciones que anidan en la población. Allí lo sanitario se sigue imponiendo a lo económico. Y es que el 52,7% de los consultados manifestó una preocupación relacionada con la salud: que el sistema sanitario colapse (25,9%), que algún ser querido se contagie (10%), que la sociedad cumpla con las normas dispuestas (9,5%), o contraer el COVID 19 (7,3%). Mientras tanto, los que manifiestan preocupaciones de tipo económica representan el 40,8% a partir de la suma de quienes están preocupados por el desempleo (16,6), la situación económica personal (13,7%) o la inflación (10,5%). Sólo 3,3% de los consultados manifiesta preocupación por la situación de la educación.
Lo que sí comienza a evidenciarse es que, en un contexto de salida del aislamiento social obligatorio, crece el porcentaje de quienes consideran que el gobierno debería poner el mayor esfuerzo en la resolución de los problemas económicos que la pandemia generó (50,01%) contra el 47% que insiste en concentrar esfuerzos en tema sanitarios.
