Es inminente el acuerdo entre nuestro país y China para la producción local de cerdos destinados a ese país. La medida contraría la plataforma ambiental, sanitaria y económica proclamada antes de las PASO 2019 por la fuerza política gobernante.
“Es un enfoque construido en torno a la vulnerabilidad de sus granjas, donde miles de cerdos genéticamente uniformes están hacinados en los establos y son engordados lo más rápido posible para llevarlos al mercado. Los cerdos en estas granjas son tan vulnerables a las enfermedades, y las consecuencias económicas de los brotes en estas granjas son tan grandes, que todo patógeno debe ser mantenido alejado, cualquier posible contacto con el ambiente que las rodea debe ser impedido. Actualmente está siendo una práctica estándar en las granjas industriales más grandes el mantener a los trabajadores confinados dentro de las instalaciones durante semanas, para minimizar las posibilidades de ingreso inadvertido de patógenos en sus botas o ropa. Pero no importa cuán estrictas sean las medidas, los brotes de la enfermedad siguen ocurriendo, con consecuencias explosivas”.
De “PPA: un futuro cultivado en granjas industriales, una pandemia a la vez”, Informe Grain
En estos días es noticia el inminente acuerdo bilateral entre nuestro país y China para la producción local de cerdos destinados a ese mercado exterior. Esta medida contraría la plataforma ambiental, sanitaria y económica proclamada antes de las PASO 2019 por la fuerza política gobernante. Sectores ambientalistas y ecologistas, entre ellos vegetarianos y veganos, se encuentran molestos con este “avance” en una actividad bastante contestada por sus implicancias ambientales y otras derivaciones como el maltrato animal y la inconveniencia del confinamiento de animales por la posibilidad de generación de enfermedades y contagios, incluso transmisibles a los humanos, como ha ocurrido anteriormente (gripe aviar, gripe porcina, coronavirus -por ejemplo, el que provoca el síndrome de diarrea aguda del cerdo-).
Recordemos también que la Ley Nacional N°27.520 de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global, sancionada el 20 de Noviembre de 2019, promulgada de hecho el 18 de diciembre del mismo año, configura la preeminencia de los aspectos ambientales de ser tenidos en cuenta transversal y participativamente en la implementación de las políticas públicas.
Por tal razón, el potencial acuerdo bilateral que definiría la instalación en el país de 25 criaderos y frigoríficos (a una escala de 12.000 – 15.000 madres reproductoras por criadero) llama la atención. Se justifica por el supuesto valor agregado que se le daría al maíz al conseguir exportarlo como carne de cerdo (3 toneladas de maíz representan 550 USD, 1 tonelada de carne de cerdo representa 2.500 USD), así como por el nivel de la inversión de capitales chinos (140.000.000 USD por cada granja porcina).
Tal balance muestra, una vez más, la simpleza con la que se evalúan decisiones de gran impacto si uno tiene en cuenta diferentes parámetros que caracterizan este tipo de industria.
Así por ejemplo, llevar las actuales exportaciones de carne de cerdo de 700.000 a 1.300.000 toneladas, implicaría la instalación de macro-emprendimientos a la medida de lo que suele hacerse en ese país (y otros) donde se ha priorizado ese tipo de explotación en lugar de pequeñas y medianas producciones (esto último siendo lo deseable para un desarrollo sostenible). Pequeños y medianos productores locales se encuentran a su vez en estado de alarma (nótese que el asunto genera las mismas reacciones en sectores opuestos, por diferentes causas), por el riesgo que puede representar una actividad productiva de este tipo bajo el exclusivo dominio extranjero en territorio local, lo cual representa además un atentado contra la soberanía y la seguridad alimentaria.
Dejando de lado las implicancias ambientales de emprendimientos de este tipo a gran escala (generación de efluentes gaseosos y líquidos, generación de gases de efecto invernadero -GEI- que producen el cambio climático, maltrato animal, etc.) puesto que se argumenta la inversión tecnológica para contrarrestar estos efectos, interesa el análisis de la situación desde una perspectiva de desarrollo sostenible, abordando la causa por la cual este convenio sería necesario para el gobierno chino, es decir, por causa de la contaminación biológica producida por la Peste Porcina Africana -PPA- que ha llevado a sacrificar el 40% del stock de cerdos en ese país.
La PPA es una pandemia que está diezmando los planteles de cerdos en Europa Oriental y Asia, producto del sistema globalizado de carne industrial, según el documento muy fundamentado de la organización Grain, que comenzó a trabajar en las enfermedades globales del ganado en 2006, publicando un informe sobre la pandemia de gripe aviar. Esta organización afirma que en ese entonces se trató de culpar a aves silvestres y a las granjas domésticas de un proceso de infección que coincidía con el desarrollo de la industria cárnica a gran escala en Asia y su dimensión global como agente de propagación.
El caso de la PPA golpea desde hace varios años en varios países donde se utiliza este sistema de producción de cerdos a gran escala, y el problema que representa para pequeños y medianos productores es que son obligados a sacrificar sus animales por precaución, aunque estén sanos, en el caso de encontrarse en proximidad con establecimientos de este tipo donde se haya comprobado la infestación. Además, representa la imposibilidad de la producción de este tipo donde esto ocurra, como es en el caso de países del continente africano, también por los problemas de comercialización externa, una vez detectada la enfermedad.
Así las cosas, cabe preguntarse qué tipo de medidas están por tomarse, siendo que hay antecedentes probados a nivel mundial de los graves problemas que representa la instalación de este tipo de macro-emprendimientos, bajo el dominio de capitales extranjeros, provenientes de un país conocido por su capacidad de generación de pandemias, no sólo a nivel animal sino que también afectan a los humanos.
Por ello, esta situación requiere, además del tratamiento ambiental, un concienzudo análisis de los expertos locales del sector, privados y públicos, en relación con estos antecedentes que podrían afectar seriamente a un sector productivo que incluso ya produce graves problemas como la contaminación del agua (en nuestra provincia por ejemplo).
Rescatamos de la ley N°27.520/2019, el artículo 22 inciso i: “Implementar medidas que propendan a la soberanía alimentaria frente a los impactos del Cambio Climático”. En el espíritu de esta ley, impera el sentido común de la preservación del territorio para los usos sostenibles de su población, en todas sus componentes, tanto como el aseguramiento de un factor tan importante como es la alimentación, también considerado en compromisos internacionales asumidos por el país (Objetivo de Desarrollo Sostenible N°2: Hambre Cero, que implica la soberanía y la seguridad alimentaria).
Como conclusión, es claro que la política ambiental china sobre este sector sí avanza con sus nuevas regulaciones, razón por la cual deslocaliza estratégicamente en países receptivos como el nuestro (a pesar de nuestra legislación), parte de un sector de producción que puede resultar muy peligroso en ciertas circunstancias.
Para más información:
Peste Porcina Africana: un futuro cultivado en granjas industriales, una pandemia a la vez
Ley N°27.520 de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global
https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/224006/20191220
Polémica por el acuerdo con China para producir carne de cerdo en Argentina
Inversión millonaria y polémica: los peligros del plan de China para producir carne de cerdo en Argentina
Cerdos para hoy, hambre y sed para mañana
https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/cerdos-hoy-hambre-manana_129_3027595.html
The pollution regulations affecting China’s pork producers
https://thepigsite.com/news/2017/12/the-pollution-regulations-affecting-chinas-pork-producers-1