Además 4 de cada 10 reportó despidos de personal y esa tendencia no parece tener fin. El último trimestre del año es visto de manera muy positiva por el 1% de los empresarios encuestados.
La industria textil argentina enfrenta un escenario complejo mientras ingresamos al octavo mes de gobierno de Javier Milei. Así lo revela una reciente encuesta de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI). El estudio, que abarcó a 68 empresas del sector, arroja luz sobre una situación crítica: el 72% de las firmas reportaron una caída en sus ventas durante el último trimestre del año, con una disminución interanual del 11% a nivel nacional.
La crisis se manifiesta en múltiples aspectos del negocio. Solo el 7% de las empresas logró trasladar completamente el aumento de costos salariales a los precios finales, lo que refleja la dificultad para mantener márgenes en un contexto inflacionario. Paradójicamente, el sector de indumentaria y calzado muestra un abaratamiento relativo frente a otros componentes del Índice de Precios al Consumidor (IPC).
El impacto en el empleo es significativo, con un 41% de las empresas reportando reducciones en su personal. Las suspensiones y despidos han aumentado en comparación con periodos anteriores, mientras que la reducción de horas extras continúa desde principios de 2024. Más preocupante aún es que el 37% de las firmas está considerando nuevas suspensiones o despidos para lo que resta del año.
En cuanto a la producción, se observa una diversificación de estrategias: el 29% de las empresas opta por producción externa, el 28% mantiene producción interna, y el 43% combina ambas modalidades. Este panorama refleja los esfuerzos del sector por adaptarse a las condiciones adversas del mercado.
Las expectativas para el cierre de 2024 son mayoritariamente cautelosas. El 51% de los encuestados prevé un año regular, mientras que solo el 24% mantiene expectativas positivas. Un 19% anticipa un escenario negativo y un 4% espera condiciones muy desfavorables. Apenas el 1% de las empresas manifestó expectativas muy positivas, lo que subraya la incertidumbre generalizada en el sector textil argentino de cara al futuro inmediato.