Padres amenazan con tomar medidas drásticas ante la paralización de obras en la Escuela Santa María de Luján, al norte de la provincia. El gobierno nacional retiró el financiamiento, dejando a los estudiantes en condiciones precarias.
En Santa Victoria Oeste la comunidad educativa de la Escuela N°4779 Santa María de Luján se encuentra en estado de alerta. La paralización de las obras de refacción, consecuencia directa del recorte de financiamiento nacional ordenado por el gobierno de Javier Milei, ha sumido a la institución en una crisis sin precedentes. Los trabajos, que comenzaron en octubre del año pasado con un presupuesto de más de 159 millones de pesos, se detuvieron abruptamente tras solo un mes de ejecución.
La situación es crítica: durante la demolición, se derribaron aulas y baños, dejando únicamente cuatro salones fuera del predio escolar. Esto ha obligado a los estudiantes a terminar el ciclo lectivo anterior en condiciones deplorables, hacinados en espacios reducidos. Lorenzo Luna, presidente de la Cooperadora de la Escuela, reveló a Nuevo Diario que, si bien personal del Ministerio de Educación inspeccionó el estado de la construcción, no se han comunicado avances sobre la reanudación de los trabajos.
La incertidumbre se agrava con el inicio de la segunda etapa del ciclo lectivo a la vuelta de la esquina. Los padres, exasperados por la falta de respuestas, amenazan con medidas drásticas como la toma de la escuela o la suspensión de la asistencia de los alumnos. Además de los problemas estructurales, la institución enfrenta un déficit de personal, contando con una sola ordenanza para todo el establecimiento.
Ante la crisis, surgió la posibilidad de que la obra sea traspasada a la Municipalidad de Santa Victoria Oeste. Sin embargo, el intendente Víctor Quispe afirmó no haber recibido comunicación oficial al respecto. Aunque se mostró dispuesto a asumir la responsabilidad, Quispe enfatizó la necesidad de que el gobierno provincial provea los recursos necesarios para continuar con los trabajos.