En 2022 se conoció la historia de Víctor y Jorge, dos cordobeses que adoptaron seis huérfanos salteños. Ayer, el diario La Nación contó otro caso.
El presidente Javier Milei no lo podrá entender, pero en Argentina hay familias conformadas por parejas homosexuales que tienen hijos e hijas y son felices, sufren, disfrutan, discuten, tienen momentos buenos y malos, se van de vacaciones, brindan en las fiestas, ríen, lloran y pasan la vida juntos. Es decir: viven como cualquier otro grupo familiar. Heterosexual o no. De ciudades grandes o pueblos chicos. Aunque los libertarios quieran imponer otro pensamiento.
Después de que el presidente dijera (dos veces) que la homosexualidad tiene relación con la pedofilia, el diario La Nación publicó la historia de Franco y Sergio, una pareja porteña que formó una familia junto a sus hijas Crystal y Ariadna.
«Me parece que soltar un pensamiento así fue muy desacertado y el impacto de ese discurso lo veo en los comentarios que estoy recibiendo en las redes sociales hacia mi familia», dijo Franco en el matutino.
«La maldad es inherente al ser humano y no a su elección sexual ni a su condición de género, ni a su identidad de género», siguió, y agregó: «Nuestras hijas llegan a ser judicializadas, separadas de su padre, porque hubo un adulto que vulneró sus derechos, un adulto varón heterosexual. Pero no por eso yo voy a empezar a suponer que todos los varones cis heterosexuales son violentos».
En Salta también hay al menos un caso que pone al presidente en ridículo. Se trata de Víctor y Jorge, la pareja que adoptó a seis huérfanos salteños.
La historia se conoció en 2022. Víctor y Jorge llevaban entonces diez años de casado y vivían en las sierras de Córdoba. En diciembre de 2021 adoptaron a seis hermanos salteños que habían quedado huérfanos y que no querían separarse.
«Una familia, más allá de cómo esté conformada, implica cuidarse, estar atento a lo que le pasa al otro y respetarlo», aseguraban.
Los chicos eran un nene de 12 años, una nena de 11, dos gemelos de 10, otro nene de 9 y una nena de 7. A Víctor y a Jorge nunca les preocupó el número y decidieron educarlos con amor y paciencia, sabiendo que los hermanitos debían adaptarse a su nueva realidad.
Ese 2022, la pareja pasó su primer Día del Padre contenta, ya que los niños los reconocían como papás desde el primer día.
«Llegaron días antes de Navidad. En ese momento comenzamos con toda una cuestión de festejos en familia numerosa. Esos encuentros hicieron que se vayan integrando en ese círculo de amigos y familia que también estuvieron atentos a su llegada», aseguraban.