Los médicos locales no alcanzan a explicar el cambio en este sujeto, quien pasó de progre centro izquierdista a ser un conservador ultra nacionalista de derecha.
Quienes lo conocen aseguran que A.C.B. (no revelamos su nombre a pedido de los familiares) era un sujeto casi del todo normal. Asistía a la universidad y cursaba algunas materias en la facultad de Fumanidades, iba a marchas a favor de los derechos humanos y tenía un perro al que cuidaba con mucho cariño. No tenía hijos, tampoco estaba casado. Sí tenía una novia a la que se refería con el epíteto de “compañera”, porque consideraba al noviazgo (así como el matrimonio) dos “denominaciones burguesas”.
Todo cambió la tarde del 16 de junio, cuando A.C.B. se dirigía a realizar un recorrido en bicicleta y por esquivar a un automóvil que le salió al paso, se estrelló de cabeza contra el piso. Al no llevar casco, el golpe fue contundente al punto de dejarlo desvanecido en la cinta asfáltica. Vecinos de la zona que vieron el accidente lo socorrieron.
Una vez trasladado al hospital San Bernardo se le diagnosticó traumatismo cráneo encefálico. Hasta ahí todo transcurría como debe ser. Los médicos constataron la gravedad de la lesión y le informaron a la familia. Si bien el herido se encontraba un tanto desorientado al principio, los profesionales aseguraron que en unos días se recuperaría. Eso nunca sucedió.
La familia que ya no banca
Mabel, madre del herido, en comunicación con nuestro medio, comentó: “De un día para otro se puso intolerante, criticón y al punto que una mañana que me acompañaba a hacer las compras en el barrio, le rompió a patadas la verdulería a una señora que conocemos de toda la vida. Se puso como loco gritando ‘Argentina para los argentinos, bolitas sucios vuelvan a su país’, refiriéndose claro a la señora verdulera, que para colmo es de Catamarca, nada que ver con Bolivia”, aseguró la madre entre casi lágrimas.
Otra de las actitudes que cambió, según relata Raúl, el padre, fue la religiosidad: “Nosotros no es que seamos una familia muy religiosa; sí, de vez en cuando vamos a misa, y una que otra procesión del Milagro fuimos, pero tampoco es la pasión de Cristo”, asegura, al tiempo que agrega: “Pero de un día a otro el chango nos sale con que tenemos que ir tres veces a la semana a la Catedral a escuchar misa, y todos los domingos temprano, bien temprano, levantarnos para orar. Ahí me di cuenta que le estaban fallando los jugadores”, dice Raúl y finaliza: “Vivimos en la loma del hoyo y este pelotudo sale con eso de ir al centro, está mal del mate”.
Poseído por el patriotismo
Pero lo que sin duda causó estupor en la familia de A.C.B. fue la mañana que apareció con un trapo gigante de Bandera Vecinal, el partido asociado a las conductas nacionalistas extremas, la verborragia de su líder y las conexiones filonazistas.
También abandonó la universidad porque consideró que “era un lugar lleno de jipis, sucios y menesterosos”, según nos comentó un compañero de aula. Incluso A.C.B fue un poco más allá y se puso la camiseta de los “provida” y ahora se lo puede ver marchando con un “bebito” en las manos, pidiendo condena para las mujeres que abortan en todas las manifestaciones de los pañuelos celestes.
Además cuentan quienes lo conocen, que se separó de la pareja “porque era muy feminista”. Mientras que por lo bajo, dicen que a su mascota le cambió el nombre, y de Néstor, ahora pasó a llamarse Adolf.
“Los asados son insoportables”, cuenta un familiar allegado, “se la pasa bardeando a las mujeres, a los zurdos, a los extranjeros, a los chorros, y encima les dice negros de mierda, siendo que este vago es más oscuro que escupitajo de brea. En serio que está mal de la cabeza”.
Los familiares, consternados, no saben si esto será temporal. El joven se niega a ir a un psicólogo porque considera que la psicología es un “invento judío para controlar la mente de los hombres libres y soberanos de la gran patria argentina” y los profesionales que lo revisaron aseguran que no hallan nada anómalo en sus análisis. Incluso hay quienes recomendaron un nuevo golpe para que vuelva a ser como antes, pero A.C.B. se rehúsa a ello y asegura que “esto con los milicos no pasaba”.