Lo manifestó el cacique de Misión La Paz, paraje del municipio de Santa Victoria Este que limita con Paraguay. Aseguran que la reubicación supondría perder infraestructura, viviendas y servicios.
Mientras el secretario de Recursos Hídricos de la provincia reclama a la Comisión Trinacional de la Cuenca del Río Pilcomayo que se tomen medidas conjuntas para controlar los procesos erosivos generados por la crecida y se limpie el cauce para llevar el flujo de agua lejos de la población; las comunidades indígenas de las zonas padecen a diario la angustia de no saber qué ocurrirá con sus comunidades.
Desde Misión La Paz, paraje del municipio de Santa Victoria Este, el cacique wichí Amancio Martínez declaró a la sección local del diario Página 12 que el anillo que los resguardaba de las crecidas del Pilcomayo se derrumbó con el movimiento del agua en la bajante del río, que golpeó al terraplén con fuerza y lo desgastó hasta destruirlo. El agua ahora «está a tan solo 40 metros de la ruta provincial 54», declaró el cacique.
Martínez también planteó la necesidad de encarar trabajos con máquinas en el vecino país de Paraguay para reencauzar el agua del río y evitar que ingresen a su comunidad. “Dijo que su mayor preocupación es que la población deba reubicarse por esta situación. Señaló que en la zona cuentan con todos los servicios y la infraestructura suficiente para poder vivir, mientras que tener que reubicarse implica perder vivienda, servicios, y hasta la escuela. Sin embargo, no hay una respuesta concreta sobre las acciones que se llevarían a cabo para poner límite al avance del agua”, destacó el medio citado.