Esta mañana comenzó el juicio que se sigue contra al religioso, acusado como autor del delito de abuso sexual simple continuado agravado por ser cometido por un ministro de culto religioso reconocido.
El tribunal está integrado por los jueces de la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán, María Laura Toledo Zamora, Raúl Fernando López, y Héctor Fabián Fayos. En el juicio interviene la Unidad Fiscal creada específicamente para este caso, conformada por Pablo Rivero y Soledad Filtrin Cuezzo. La defensa está a cargo del defensor oficial Enzo Giannotti.
Al inicio de esta primera jornada se dio lectura al requerimiento de elevación a juicio de la causa, luego de lo cual prestó declaración el imputado, que negó las acusaciones y dijo haber tenido una buena relación y sana con todos los seminaristas. Explicó su rol como obispo de la diócesis, y dijo que detrás de la denuncia de los dos seminaristas hay otra connotación.
Hizo alusión también al expediente de la investigación canónica, y dijo que tres sacerdotes le habían dicho que la denuncia se trataba de una venganza. Dijo que solía mantener charlas con los seminaristas porque como rol de obispo debía conocer a sus seminaristas, sobre todo para saber si iban a cumplir su papel como sacerdotes, pero agregó que nunca hubo alguna connotación sexual. Contó que siendo obispo visitó algunos domicilios a los que fue invitado por los familiares de los seminaristas, y ellos le confiaban sus problemas familiares o historias de vida. Fue así que se enteró que G.G. había sido abusado cuando era niño por un tío, y dijo que este tema lo trató con el seminarista.
Finalizada la declaración del imputado, el Tribunal ordenó el desalojo de la Sala, haciendo lugar al pedido de la fiscalía, y se escuchó la declaración de los denunciantes sin la presencia de Zanchetta.