El presidente de la Cámara de Panaderos dijo que «el precio del pan queda totalmente liberado». Agregó que cada comercio pone el precio.
La Argentina de Javier Milei es un descontrol y una incertidumbre económica en la que hay una sola certeza: todo es cada vez más caro y el salario alcanza menos. En las panaderías, los precios son los que quiera el panadero de turno.
«El precio del pan queda totalmente liberado a la gente. Cada colega pone el precio que quiere. Si hay uno que quiere poner el precio a $1000 lo pone y si otro quiere hacerlo a $5000 puede», dijo Daniel Romano, presidente de la Cámara de Panaderos de Salta.
«También hay que entender el nuevo modelo económico, cada uno hace lo que quiere. Si yo quiero ponerle a $60.000, lo pongo. Las razones son mías. Ahora, si la gente me compra o no, ya es otra cosa», agregó.
De hecho, esa falta de compras ante precios altos existe. Según Romano, «la caída del consumo de pan equivale un 25% al 30%, igual que en todos los rubros».
«Los aumentos son generales, y con generales me refiero a de todo tipo, y todos sufrimos. Te va a afectar más si está más cerca o más lejos, pero a todo el mundo le sube todo», siguió Romano en Nuevo Diario.