A principios del 2017, Acindar inició un proceso de achicamiento de su planta Navarro ubicada en el oeste de Rosario. Contaba con un plantel de 150 operarios y este miércoles echaron a los últimos 15 trabajadores.
Las pymes fueron las primeras en sentir el impacto de la crisis, pero una vez rebasada esa variable ahora la crisis llega a las grandes empresas como Acindar, la cadena de heladerías Persicco, los de su competidor Fredo y la marca de cereales 3 Arroyos, Molino Cañuelas y el megacomplejo Al Río.
Pero ahora todos hablan del cierre de Acindar. Ante ello la UOM activó las alertas y buscará que el Ministerio de Trabajo de Santa Fe declare la conciliación obligatoria y la empresa dé marcha atrás con la medida.
De los 150 trabajadores con los que contaba Acindar en Navarro, unos 80 fueron reubicados en la fábrica de Villa Constitución mientras que otros 50 adhirieron al plan de retiros voluntarios ofertado por la empresa. “Los últimos 15 operarios que permanecían en la firma recibieron en la tarde del miércoles los telegramas donde les anunciaron el cierre definitivo de la sede rosarina” informa el portal La Política Online.
A su vez, desde la Unión Obrera Metalúrgica apuntan a la falta de inversión por parte de Acindar que había convertido a Navarro en una factoría poco competitiva: «el tren estaba mal alineado por lo tanto las barras tenía que enderezarse. Un laminado que se hacía con 50 operarios nosotros necesitábamos 70» explicó un empleado a este medio.
Sin embargo, lo que genera mayor preocupación en el sindicato es la caída del consumo interno, la falta de financiamiento y la inflación «que hace que no se reactive la economía» aseveró Donello. En este marco, el dirigente gremial reconoció que hay preocupación en las otras ramas de la metalúrgica, sobre todo en la línea blanca y las carroceras.
Es que en Rosario está instalado el principal polo de producción de heladeras del país que demanda unos cinco mil puestos de trabajo. Sin embargo, por la caída en las ventas y el ingreso de las importaciones comenzó a impactar fuertemente en la actividad.
En la UOM advirtieron que en dos de las firmas más importantes, Bambi y Briket, peligran unos 600 puestos de trabajo mientras que en la industria carrocera hay incertidumbre por el destino de otros 500.
«Hay mil puestos de trabajo en riesgo en las próximas semanas si no se reactiva la economía doméstica y se paran las importaciones» advirtió preocupado el secretario de la UOM.