En todo el país se aplicaron hasta el momento 426.239 dosis extra, entre terceras dosis y refuerzos.
El 2 de noviembre comenzó a aplicarse en distintos distritos una dosis adicional de la vacuna para prevenir el COVID-19. Desde el Ministerio de Salud de la Nación se indicó los grupos de población definidos: personas inmunocomprometidas que hayan recibido un esquema primario con cualquier vacuna contra la COVID-19; personas en tratamiento activo con corticosteroides en dosis altas o medicación inmunosupresora; mayores de 50 años; mientras que el refuerzo se trata de una dosis adicional, que “refuerza la inmunidad en forma periódica y las recomendaciones prevén aplicarlo al menos seis meses después de haber completado el esquema primario de dos dosis”.
Para tener en cuenta cómo va ese proceso, puede indicarse que hoy la provincia de La Pampa es la que más terceras dosis y refuerzos aplicó: con 18.359 inoculaciones cubrió al 5,08% de su población de 361.394 habitantes. Le sigue San Luis, que con una población de 514.610 habitantes de los cuales 67,56% ya completaron su esquema de dos dosis, el 3,11% ya recibió el pinchazo extra.
Varios expertos fueron consultados por el sitio Infobae sobre el ritmo de la campaña de vacunación en el país, todos coinciden en que los porcentajes son buenos pero la desaceleración es evidente. Respecto a la aplicación de terceras dosis o dosis de refuerzo, también opinan que “son absolutamente necesarias, fundamentalmente en los grupos prioritarios que son los trabajadores de salud y los mayores de 60 años que son los que se vacunaron primero”. “Por supuesto que se debe empezar por los mayores de 80, 70, e ir bajando como se hizo en el comienzo de la campaña, pero es una necesidad concreta ya que en el mundo hay en este momento dos patrones de pandemia: la de los no vacunados o incompletamente vacunados y la de los vacunados con dos dosis con comorbilidades”, sostienen los infectólogos. Esas personas que tienen dos dosis y padecen alguna enfermedad de base tienen riesgo de tener infección y complicarse y necesitan rápidamente la tercera dosis”.
Tras recordar que “la aplicación de las vacunas es jurisdiccional por lo que del Ministerio de Salud depende la logística, la distribución, pero la capacidad de vacuna es básicamente de cada provincia”, López consideró que “es fundamental que especialmente el adulto mayor reciba la tercera dosis porque son los que tienen lo que se llama inmunosenescencia, que es una menor capacidad de producir anticuerpos”.