Los emblemáticos ojos de mar cercanos a Tolar Grande han sufrido un drástico cambio en su apariencia debido a una obra de infraestructura turística. Un senador provincial alerta sobre la urgencia de revertir la situación antes del invierno.
Los tres ojos de mar ubicados a cinco kilómetros al este de Tolar Grande, conocidos por su cristalina belleza, se han tornado en una laguna marrón oscura desde la construcción de una obra de caminería con pasarelas modulares de madera asentadas sobre pilotes de hormigón para facilitar el acceso de turistas al lugar. Así lo expuso el senador de Los Andes, Leopoldo Salva.
Según el legislador, los vecinos atribuyen este cambio drástico a la instalación de más de 60 cámaras de hormigón de 300 kilos cada una, las cuales han impactado negativamente en el frágil suelo de la reserva natural. «Los técnicos no van a aceptar, pero como vecinos vemos que fue la pasarela, porque pusieron más de 60 cámaras de hormigón que pesan 300 kilos y el suelo es muy frágil», expresó en diálogo con medios locales.
La solución propuesta por Salva es retirar la pasarela, ya que considera que esa acción permitiría que los ojos de mar recuperen su estado original. «Sacando la pasarela, creemos que volvería a la normalidad, porque cuando uno pisa deja la huella y brota el agua, más todavía cuando se acerca al ojo de mar. Entonces sacando esos pilotes de hormigón volvería a ser como antes», afirmó.
La obra, que fue realizada por la provincia el año pasado con fondos nacionales, tenía como objetivo marcar límites para los turistas y evitar que sus huellas dañaran la reserva natural. Sin embargo, según Salva, es necesario tomar una decisión urgente y reemplazar las pasarelas por una caminería natural con piedras antes del invierno, cuando el barro se congele y dificulte aún más su remoción.