Un proveedor del municipio de El Quebrachal acusó una deuda millonaria que no solo implica productos cárnicos, sino también indumentaria para los municipales.
De acuerdo con la denuncia radicada en Joaquín V. González por Jorge Pérez, dueño de carnicerías y negocios polirubro, la municipalidad de El Quebrachal le debe más de 10 millones de pesos en concepto de carne que les vendía, indumentaria y una larga lista de otros menesteres.
Pérez apuntó contra el actual intendente Rolando Rojas, quien además es su vecino. “A los dos meses de ocupar el cargo, yo empecé a ser proveedor del municipio. En 2020 anduvimos bien hasta que en 2021, más o menos en marzo o abril, ya va a ser un año, me empezaron a rebotar los cheques”, contó a FM Noticias. Son en total 34 los cheques rebotados, firmados por el Ejecutivo municipal y el Secretario de Hacienda.
«Fuimos amigos 20 años», señaló luego sobre el intendente para lamentarse que respecto a la deuda nunca llegaron a un acuerdo y por eso Rojas hasta le quitó la palabra. «En 2020 comíamos juntos, todo bien hasta que me empezó a rebotar los cheques. Lo hablamos, me dijo que lo vea con el Secretario de Hacienda, el Secretario de Hacienda me decía que no había plata».
La deuda
En cuanto a la carne que le proveía a la municipalidad, Pérez acotó que la deuda asciende a casi 4 millones y medio de pesos. “A mí me mandaban órdenes para gente con bajos recursos, para velorios, para eventos, para clubes de fútbol. También para ellos, para su asado de la noche”, contó Pérez e indicó cuáles eran los cortes de carne que buscaban los secretarios de Rojas. “Generalmente, para el asado de ellos era solamente asado. Para la gente de bajos recursos le daban blando, puchero, molida, esas cosas”, señaló.
Además Pérez comentó que la deuda no acaba ahí: “En los otros locales que maneja mi esposa yo proveía la ropa para los empleados municipales. Ahí me está debiendo 6 millones 400 más o menos. Aparte de la ropa para los municipales, los basureros, le hice banners, les compré cien sillas, trofeos, plaquetas, placas. Para fin de año le daba todas las luces, para todos los eventos me encargaban cosas y yo era el proveedor que les traía todo”. Incluso explicó: “Me quedé con algunas cosas que me habían encargado, un mármol de 48 mil pesos con el escudo del municipio para las fiestas patronales”.